El primer grave error de la compañía de Entrecanales se produjo el pasado sábado, cuando en pleno temporal y con pasajeros esperando a ambos lados del Estrecho para poder realizar el viaje que no pudieron llevar a cabo en todo el día la naviera decidió no aceptar billetes de ninguna otra compañía. Acciona tiene que considerar las situaciones especiales como la del sábado, es su obligación como depositaria del servicio público en el Estrecho, y situaciones como esa no ayudan en absoluto.

Pero aún más grave parece que tanto Trasmediterránea como la otra compañía del grupo, la recién adquirida Euroferrys, hayan solicitado su salida del sistema de intercambio tan anhelado por los ceutíes. Un golpe bajo que no pone en mal lugar tan solo a Acciona, sino también a un Gobierno que prometió que el nuevo contrato sería la solución de todos los males, sólo para ver un mes después que el promocionado barco que pernoctaría en Ceuta es una barcaza que apenas se mantiene a flote, que la naviera sigue haciendo caso omiso de los usuarios y que los ceutíes que intentan comprender lo que sucede en el Estrecho estén al borde la locura.

Algo tiene que cambiar, si Acciona no toma medidas deberá hacer el Ministerio de Fomento. De lo contrario, serán los ceutíes los que de una vez y de forma definitiva han de expresar su descontento y hacer valer sus derechos. De lo contrario, Ceuta habrá perdido para siempre el derecho a la queja en los problemas con las navieras.