- ¿Se acuerdan de ese maravilloso espectáculo de entretenimiento donde se deleitaba a pequeños y mayores durante horas? Encontrábamos ahí a magos, prestidigitadores, mimos, payasos, equilibristas, contorsionistas, domadores, animales, etcétera. Era una buena manera de pasar un rato entretenido y agradable con la familia y con otros niños y niñas.

No tan agradable sin embargo es el concepto de circo que algunos se encargan que tengamos hoy por hoy.

Imagínense, en cualquier carpa, al presidente de nuestra ciudad como presentador u organizador de un circo. Aquel presentador que aparecía con un smoking impecable y que se hacía el sorprendido cuando uno de sus payasos le da con la tarta en la cara a otro, al que era ligeramente más tonto (si cabe) que su compañero. El presentador, el showman por excelencia, nos hacía creer que no era consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor hasta el final de la representación en la que se mostraba claramente como cabeza pensante.

Pero el showman, necesitaba también en su espectáculo a otros personajes. Por ejemplo magos, sólo que los que tiene el presidente en vez de sacar conejos de chisteras sólo sacan escándalos.

También había malabaristas que hacían movimientos increíbles con distintos objetos. Aquí también, los malabaristas del Vivas team, hacen movimientos con los problemas que nos afectan a todas y cada una de las personas de Ceuta, para escurrirlos y pasarlos de mano en mano sin darles ninguna solución.

¿Y qué me dicen de los y las equilibristas? Ponían nuestro corazón en un puño mientras estábamos pendientes de si caían a la red o si aguantaban…En el equipo del Presidente, esos equilibristas son los que están intentando por todos los medios permanecer en la lista del showman, porque aún no saben si están o si han caído y han sido definitivamente dejados de la gracia de Juan.

Y finalmente, pero no menos importantes están los mimos, lo que en el gobierno Vivas se llaman palmeros, encargados oficiales de los charcos de babas. Aquellos y aquellas que sonríen por cualquier comentario que haga el showman a la vez que aplauden como autómatas todo aquello que salga por boca del jefe porque tienen el convencimiento de que dependiendo de cuántos “méritos” hagan serán justamente recompensados.

Necesitamos recobrar la cordura.

Ya está bien de circos políticos.

En Ainara, sede del PP ceutí, sólo faltaría Miliki.