Se ha celebrado el Congreso Internacional sobre Turismo Sostenible en la Universidad de las Azores. El lugar escogido ha sido la ciudad de Ponta Delgada, en la preciosa isla de San Miguel, una de las nueve islas portuguesas que componen todo el conjunto denominado Región Autónoma de las Azores, que tienen la consideración de región ultraperiférica, conforme al artículo 299.2 del Tratado de la Unión Europea.
No han sido unas jornadas con grandes pretensiones. Ni con presencia de grandes operadores de turismo, o de importantes empresas hoteleras. Hemos sido gentes de la Universidad. Estudiantes, investigadores, profesores. También algunos jóvenes empresarios que nos han explicado y enseñado sus proyectos turísticos sostenibles. Y los Alcaldes de la isla, que nos dieron sus razones a favor y en contra de un mayor desarrollo urbanístico enfocado al turismo. 'Ecología es economía y garantía de futuro', dijo uno de los políticos. Sin duda alguna han sido unas jornadas oportunas, productivas y bien diseñadas. Por la calidad de algunas de sus ponencias. Por la variedad de contenidos. Y por el incomparable marco en el que se han desarrollado.

 

Lo primero que me llamó poderosamente la atención al llegar a la isla fue el modelo de desarrollo urbanístico, en general respetuoso con la vivienda tradicional, salvo pocas excepciones. También, que no había rejas en las ventanas. Ni siquiera en las de las casas bajas, que eran la mayoría. Y la vegetación. Numerosos prados verdes que rodeaban las pequeñas villas, llenos de vacas, la mayoría de ellas tumbadas, quizás al calor de la tierra volcánica, o por la tranquilidad en la que vivían. Nada que ver con esas inhumanas granjas de producción masiva de animales que nos traen enfermedades nuevas y desconocidas (aconsejo vivamente la lectura del artículo de Ben MacIntyre en el Diario El Mundo del 1 de mayo, sobre la gripe porcina).

 

En general las islas Azores, de origen volcánico, son verdaderas reservas naturales de todo tipo de plantas y animales. Su entorno está muy cuidado y enfocado a un turismo poco masivo, amante de la naturaleza y de la tranquilidad. También a la producción agrícola y ganadera. Sus quesos y carnes son de gran calidad. Y a la investigación científica sobre la actividad volcánica, o la oceanográfica. La tranquilidad de estos parajes y de sus gentes es percibida por el viajero inmediatamente. No sé cómo una de sus islas pudo ser el escenario de la famosa reunión y foto de las Azores, en la que se preparó una injusta guerra contra el pueblo iraquí, aunque ahora el mundo tenga un dictador menos.

 

En el congreso, el profesor Peter Nijkamp, de la Universidad Libre de Amsterdam, destacó que el turismo podía ser una fuente importante de ingresos económicos y de progreso para los pueblos, pero que no era la 'gallina de los huevos de oro'. Si no se planificaban adecuadamente las actividades, investigando previamente las preferencias de los potenciales turistas, se podía llegar a destruir los recursos naturales de las poblaciones y causar daños irreversibles, como había ocurrido en gran parte del litoral español. Destacó que ese tipo de turismo de sol y playa, exclusivamente, había sido muy nocivo para muchos países, a pesar de que hubiera generado temporalmente ingresos económicos. En un sentido similar se expresó el conferenciante Francisco Fernandes Tavares, presidente de la Asociación Nacional de Municipios de Cabo Verde. Y la mayoría de ponentes y conferenciantes coincidieron en la necesidad de respetar los criterios internacionales fijados por la ONU sobre turismo sostenible, que pasan por una planificación efectiva de la sostenibilidad, una maximización de los beneficios sociales y económicos para la comunidad local, y una reducción de los impactos negativos al patrimonio cultural y medioambiental.

 

Todo estos criterios y objetivos de sostenibilidad, contrarios a ese tipo de turismo masivo que lleva a construir enormes complejos hoteleros aislados de las poblaciones, vetados a los lugareños, que no persigue más que generar enormes beneficios económicos a los grandes emporios turísticos, que aísla a los turistas en zonas en las que lo único que hacen es consumir y emborracharse, sin saber ni siquiera en el país que se encuentran, y que destruye y esquilma los recursos naturales de los países, es el tipo de turismo contrario a la sostenibilidad que en el Congreso se rechazó.

 

En el caso del grupo de la Universidad de Granada, además de explicar los problemas medioambientales y de salud pública que ese modelo obsoleto de turismo habían ocasionado en España, también tuvimos la oportunidad de mostrar, con números y modelos estadísticos, la realidad de Ceuta, así como las alternativas que considerábamos válidas para un desarrollo sostenible del turismo en nuestra ciudad. Por esta razón se les habló del turismo relacionado con nuestra rica historia, tan unida a Portugal, con las actividades de deporte náutico, con las relacionadas con nuestra situación como puente de unión y puerta de entrada al continente africano y, por último, como alternativa para la organización de Congresos. Y por supuesto se les mostró la magnífica colección de fotografías aéreas cedidas por profesionales locales, que además del complejo del portugués Álvaro Siza, dieron a conocer a los asistentes los encantos de nuestra Septem Fratres, Abyla, Hepta Adelphoi o, simplemente, Ceuta.