Educación Machista

M.A.P.

Sin saberlo, y puede que hasta sin querer, hemos recibido una educación machista. Si eras niño quedabas exento de las tareas domesticas, pero si eras niña no te librabas, era una obligación. A los niños les exigían que estudiaran para labrarse un porvenir para poder formar una familia. A las niñas no les exigían tanto que estudiasen, se pensaba que no les iba a valer de mucho, ya que sería el hombre con el que se casasen quien llevaría el sueldo a la casa, fruto de su trabajo.

Las mujeres tenían otro papel que era de hacer las tareas de la casa y cuidar de los niños. Hoy muchas cosas están cambiando…las universidades están llenas de mujeres y están pudiendo demostrar lo que valen en todos los aspectos.

Por supuesto, que decidir libremente ocuparse de las tareas de la casa y la educación de los hijos es una labor muy necesaria e importante tanto si lo hace un hombre como una mujer. Tanto hombres como mujeres estamos capacitados para ocuparnos de las tareas de la casa y la educación de los hijos, al igual que para ocupar un puesto de trabajo fuera del hogar.

Otra cosa que se ha transmitido a través de la educación es que la mujer tiene la obligación de procrear, que ha venido al mundo para eso. Nada más lejos de la realidad, las mujeres están en su pleno derecho de no tener hijos. Tener un hijo es algo muy importante en la vida, algo muy personal y nadie debe influir en esa decisión, para nada el ser mujer tiene que estar ligado a la obligación de ser madre.

En la educación que han recibido las mujeres se incluía que debían de casarse con un “buen hombre”, aun hoy sigue ocurriendo en muchas partes del mundo. La mujer debería de ser educada en la libertad de casarse si le da la gana, y si no quiere casarse, tampoco pasa nada. Eso de buscar la “media naranja” es un cuento chino. Tanto la mujer como el hombre ya vienen completos al mundo. Y si tienen pareja que sea porque quieren, no porque los hayan educados o piensen que están incompletos y necesitan a la fuerza a alguien.

El tema de las infidelidades de parejas también ha sido y es injusto. No es lo mismo que un hombre le sea infiel a su pareja como que sea la mujer la que ha cometido la infidelidad. Hasta para eso hay una doble vara de medir. Si el hombre es infiel está más o menos bien visto por la sociedad, es algo así como normal. Pero si la infidelidad la comete una mujer ya es otra cosa, la tacharán de guarra. Y así podemos seguir con un sinfín de injusticias que han tenido que soportar las mujeres, y a día de hoy siguen soportando en menor o mayor medida.

En fin, que se ha avanzado, pero que queda mucho camino por recorrer para que la igualdad entre mujeres y hombres sea una realidad completa.