Es un camino muy difícil. Luchamos contra la intolerancia, contra los intereses mezquinos, contra el poder establecido, contra el egoísmo, contra prejuicios ancestrales, contra odios enquistados en almas ennegrecidas. Sólo podemos oponer nuestras manos, nuestro corazón y nuestra ilusión. Por eso nos tumban muchas veces. Cuando lo hacen, lloramos, nos levantamos, apretamos los dientes… y seguimos. Porque creemos en nuestra gente, creemos en nuestras ideas y creemos en nuestro pueblo.
Afianzar este proyecto político es construir un pedacito de nuestro futuro. Porque el futuro será de la comunión sincera y emocional de musulmanes y cristianos, o no será. El próximo 20 de Noviembre tenemos una oportunidad de avanzar. Cada voto que reciba Caballas es un testimonio de fe en la grandeza de nuestro pueblo. Es un soplo de aliento para continuar esta hermosa lucha. Puedes optar por ser, de manera anónima, la millonésima parte de un resultado frío que en nada va a cambiar nuestra Ciudad. Pero también tienes la oportunidad, por una vez, de sentirte auténtico protagonista de la historia de tu pueblo. Votar a Caballas es hacer de tu papeleta un arma cargada de futuro.