Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto

Carlos Antón Torregrosa, profesor de Filosofía del IES Luís de Camoens

Ayer me desperté con la noticia que publicaron los medios de comunicación:

"España y Marruecos han acordado la devolución de los más de 700 menores marroquíes que permanecen en centros de Ceuta tras su entrada masiva la semana del 17 de mayo".

Tras largas e intensas negociaciones, los dos gobiernos habían llegado a un acuerdo. Los protocolos no han sido dados aconocer a la opinión pública, tampoco las leyes que lo amparan ni las garantías de los menores que serán regresados a golpe de decreto al mismo país que lo invitó a salir vulnerando una retahíla interminable de Derechos Humanos.

No conocemos las bases legales que permiten a los dos gobiernos llevar a cabo este pacto, ignoramos en base a qué legalidad dos países pueden saltarse a la torera tratados internacionales. También ignoramos qué futuro se le espera a dichos menores, dónde irán, qué protección tendrán, a qué organismo podrán solicitar ayuda si su seguridad y dignidad es mancillada.

¿Volverán con sus familias, si las tienen? ¿Los tutelará el Estado? ¿Dónde irán? ¿Cuál serán las instituciones responsables?

El gran acuerdo y el principio de buena vecindad es lo importante. Éxito sin precedentes del Estado español en el tema de la inmigración ilegal de menores no acompañados.

Mientras tanto, la, Fiscalía, el Defensor del Pueblo, ONG'S,  ministros del Gobierno socialista y un largo etcétera de asociaciones, piden la paralización del acuerdo y las aclaraciones pertinentes al respecto.

Tal vez, por primera vez, asistamos al espectáculo dantesco de tener que oír los aplausos de Vox, el Partido Popular y Ciudadanos por el acuerdo firmado.

A ver qué historia me invento en la materia de " Valores Éticos" para que los alumnos comprendan, apuesten y crean firmemente en la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.

De esos menores dejaremos de tener noticias, no estarán en ningún sitio, en ninguna estadística. Desaparecerán más pronto que tarde porque como dice Eduardo Galeano " valen menos que la bala que los mata"