El silencio sería cómplice

- Ante situaciones convulsas puede suceder, especialmente en el pasado cuando la democracia no era la normalidad, que el rodillo inapelable de cerrar filas para apuntalar el régimen impusiera un manto de silencio, para que todo quedara atado y bien atado, pues era lo que importaba.

Los ciudadanos eran súbditos y la justicia quedaba secuestrada en aras de la aparente e hipócrita normalidad.

En los momentos actuales sería dramático que se instalara el silencio en el seno de la sociedad y lo que también sería inaudito, que llegara hasta los medios de comunicación. Afortunadamente no está sucediendo así y día tras día en las portadas de la prensa se resaltan las noticias relacionadas con la corrupción. Bien es cierto que lo ideal es que no hubiera corrupción y de ese modo no tener que significar nada. Después volveremos a entrar de nuevo en este tema.

El silencio ante determinadas violaciones y atentados de los derechos humanos, supondría ser cómplices de la injusticia, a la vez que favorecería el enterramiento y el olvido de todas las víctimas. Son múltiples las injusticias que a nivel mundial están acosando a nuestras conciencias, no porque seamos responsables de que se cometan, sino porque no podemos permanecer impasibles ante las mismas.

Hay un caso que ha sobrepasado todos los límites de la ética y de la justicia relacionada con el ser humano, me refiero a la desaparición de 43 estudiantes de magisterio el pasado 26 de septiembre en la localidad de Iguala, en Méjico. Como dice el periodista Pablo Pérez, en un artículo publicado en un periódico de tirada nacional: “En esta región confluyen los principales males que aquejan a México, el caciquismo, la desigualdad, la pobreza extrema, la corrupción y la impunidad”. Afortunadamente la población ha dejado su silencio y lo manifiestan ante los verdugos o ante quienes por la falta de diligencia lo consienten. Están perdiendo el miedo, porque la justicia y la defensa de los derechos humanos requiere la confluencia de todos. Son también dignos de resaltar y de rendirles un profundo homenaje a los periodistas que también rompieron su silencio, en este caso o en otros lugares del mundo, pero que tuvieron que pagarlo con el precio de su vida.

Hay también otros grandes problemas y causas flagrantes que humillan a la conciencia de la humanidad, como puede ser el tema de la pobreza infantil, que también se ha instalado en nuestro país. A este respecto el Secretario General del PSOE,Pedro Sánchez, entre las cuatro medidas que ofertó en el Debate de los Presupuestos Generales del Estado, que enunciaré: Hacer un rescate financiero a familias y autónomos en situación límite. La reindustrialización de España. Articular e impulsar dos palancas, las políticas activas de empleo y los salarios. Destaca la segunda propuesta que no he mencionado, la necesidad de que todos los grupos políticos, todas las instituciones trabajen , para que alcancemos un gran pacto contra la Pobreza Infantil.

Al margen del problema de la pobreza infantil en nuestro país, la conciencia internacional no debe olvidar al más de un millón de niños muertos en los últimos diez años, debido a las guerras, el hambre, las enfermedades… Seguro que me quedaré corto, pero son también evidentes otros graves problemas de la humanidad que afectan a los desequilibrios sociales y económicos, la degradación ambiental y el cambio climático, la falta de consolidación de sistemas democráticos, los conflictos bélicos, la desigualdad, la explotación de la mujer, el ébola…

En definitiva, ante lo anterior el silencio sería la capitulación ante la injusticia. Es necesario romperlo con todos los requisitos democráticos, porque de ese modo los males de la humanidad tendrán menos oportunidad de desarrollarse. Volviendo al tema de la corrupción en nuestro país, la ciudadanía además de tener el derecho a saber tiene derecho a manifestar su indignación, el derecho a la palabra, que es uno de los más sagrados de la democracia.

Siguiendo con el tema de la corrupción, el pasado día 15, Pedro Sánchez, subrayó que los socialistas seguirán combatiendo contra la corrupción, prometiendo que el “buen gobierno llegará de la mano de los socialistas, que devolverán la decencia y la dignidad a la vida política española”. Como dice en múltiples ocasiones el Secretario General del Partido Socialista, demostrándolo con hechos, convenciendo no adoctrinando. Siendo también el primer partido político en firmar un convenio con Transparencia Internacional, que sucedió la semana pasada. Cumpliendo lo prometido y siendo tajantes e implacables en la adopción de medidas sobre esta lacra, que esperemos termine siendo pronto un mal recuerdo.