Muchos dicen que la actuación del Gobierno de José María Aznar durante la crisis del islote del Pejeril, con los celebérrimos 'licoteros y el ruido que hacían", Gordillo dixit, sirvió para cimentar la hegemonía del PP en Ceuta y su facilidad para ganar elección tras elección. Hay también quien se pregunta qué hubiese sucedido si en lugar de Aznar y el PP, en aquella época hubiese sido inquilino de la Moncloa el presidente Rodríguez Zapatero y el PSOE. Desde la última sesión del control en el Congreso, lo tenemos un poco más claro.
El delegado del Gobierno, Jenaro García Arreciado, ha utilizado uno de sus habituales símiles para referirse a la tensión diplomática entre España y Marruecos a raíz de la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla. Según García Arreciado, esta crisis es como un "sarampión", muy "virulento, pero que pasa rápido". El delegado confía en que las relaciones recuperen pronto la normalidad, ya que cree que tiene más repercusión en los medios que en la realidad, ante el escaso apoyo de la sociedad marroquí a las concentraciones convocadas.
