Mañana es fiesta. Es el día de Ceuta. El 2 de septiembre los ceutíes, de nacimiento o de adopción, celebramos nuestro día grande con un acto en las Murallas Reales en el que los políticos dan su discursito y personas relevantes para Ceuta reciben el reconocimiento de sus conciudadanos en forma de Medalla de la Autonomía.
Dicho esto volver al nombre de la entrada, porque todo este rollo del Día de la Autonomía viene a cuento de que ahora mismo me siento como si fuera viernes, cuando en realidad no es más que martes. Vamos, que cuando la semana debería empezar a hacerse cuesta arriba pues te encuentras con un festivo un poco tonto ahí. Ya digo que lo malo no es hoy, porque al fin y al cabo a todos nos encantan los viernes. Pero... ¿puede haber algo peor que una semana con dos domingos? Los domingos siempre han sido esos días tristes y aburridos. Los que de pequeños se aprovechaban para hacer deberes o estudiar pero... ¿ahora qué?
De todas formas el de mañana no será un domingo (en mitad de semana) especialmente duro. Mi amiga Noelia me ha invitado al acto del Día de la Autonomía porque su madre colabora en una asociación, DIGMUN, que ha sido premiada con la medalla de la autonomía. Con ellas, por el trabajo tan importante que hacen por las mujeres y los niños en Ceuta, celebraré el día de esta ciudad que a mi me ha acogido como una más. Y cuando veo causas tan justas como la de DIGMUN no puedo más que sentirme orgullosa de haberme "nacionalizado" caballa.
