Madrid- Un hombre de 49 años, conocido entre sus vecinos como «el canarión», falleció ayer en la isla canaria de El Hierro sepultado por los escombros de su propia casa, que se vino abajo después de una fuerte explosión.
El suceso se produjo en el barrio de Erese del municipio de Valverde y el hombre fue trasladado en una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario, en estado crítico, al Hospital de Nuestra Señora de Los Reyes, informa Efe.
En un primer momento, los equipos de rescate accedieron al interior del inmueble y se encontraron a la víctima, que estaba en parada cardiorrespiratoria. El personal sanitario de emergencias consiguió recuperarlo, y fue trasladado en un estado muy grave al centro hospitalario, donde finalmente falleció.
También acudieron agentes de la Guardia Civil, que elaboraron un informe y se hicieron cargo de la investigación pertinente, y tanto el personal de Bomberos como del Cabildo colaboraron con el resto de recursos de emergencia.
Según relataron los vecinos a LA RAZÓN, la víctima era una persona muy conocida y querida en el municipio, donde los que le conocían han quedado consternados por la noticia. Aunque todavía se desconoce qué causó el suceso, los vecinos apuntaron a una explosión de gas como posible causa. De hecho, la Guardia Civil ha pedido la colaboración de un perito experto en explosiones de Madrid, que se encuentra en las islas para intentar determinar la causa de la explosión que le costó la vida a un vecino de Güimar la pasada semana, según informó la Subdelegación del Gobierno.
 

Ya son 75 los muertos y 460 los heridos causados por la explosión hoy de dos coches bomba contra el Ministerio de Justicia y la sede del Gobierno provincial de Bagdad, en el centro de la capital iraquí. 

Las primeras investigaciones apuntan como presuntos responsables a la célula iraquí de la red terrorista Al Qaeda o a miembros del antiguo   partido del fallecido dictador Sadam Husein, el Baaz.  .

Fuentes policiales explicaron a Efe que los vehículos bomba, ambos conducidos por suicidas, estallaron de una manera simultánea en el centro de la capital.

El primero de los coches bomba explotó frente al edifico de la gobernación, cerca del hotel Mansur, mientras que el segundo estalló en las proximidades del Ministerio de Justicia, en el barrio de Al Salehiya.

Los ataques se registraron cerca de la denominada "zona verde", que cuenta con estrictas medidas de seguridad, ya que acoge, entre otras, las sedes de embajadas y ministerios.

El Ministerio del Interior no descarta que el número de muertos aumente en las próximas horas.

La mayoría de las víctimas son peatones que pasaban por el lugar y algunos cuerpos ardieron a la vista de todos, según explicaron varios testigos.

Más víctimas se encontraban entre los funcionarios de los edificios oficiales objetivo de las explosiones. Igualmente, hay decenas de heridos entre los huéspedes del hotel Al Mansur Meliá.

Varios testigos dijeron que se rompieron los cristales de los edificios a varios centenares de metros a la redonda y que más de 40 ambulancias se han desplazado a la zona.

Uno de los testigos, Abdadala Sabhan, dijo que había mucha sangre en la calle y que los cuerpos de los muertos ardieron y que la metralla acabó con la vida de muchas personas.

Los atentados tuvieron lugar el mismo día en que el comité político de la seguridad nacional tiene previsto reunirse para tratar sobre la reforma de la ley electoral, asunto de discusión en los últimos días entre los distintos bloques políticos  

El pasado 16 de octubre, catorce personas murieron y otras 92 resultaron heridas en un atentado suicida contra una mezquita suní en la localidad de Tel Afar, 450 kilómetros al noroeste de Bagdad.

El día 11, en el peor atentado registrado en Irak desde hacía un mes, al menos 21 personas murieron y unas 80 resultaron heridas por tres bombas que estallaron en cadena en la ciudad central de Ramadi.

El pasado 10 de septiembre, un camión-bomba estalló en la aldea norteña de Wardek y mató a una veintena de personas y causó heridas a una treintena.

Una explosión de júbilo sacudió hoy la playa de Copacabana, donde miles de personas celebran la designación de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
    La multitud festejó primero la eliminación de Chicago (EE.UU.) y luego de Tokio, pero la alegría se desbordó cuando el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, anunció la elección de Río, un sueño para esta ciudad de más de seis millones de habitantes.
    Una vez Rogge leyó el nombre de Río de Janeiro, una lluvia de papel picado cayó sobre la multitud que se abrazaba y saltaba llena de júbilo por el honor de organizar los Juegos Olímpicos de 2016.
    La votación fue seguida en directo a través de una pantalla gigante instalada sobre una tarima montada sobre las arenas de Copacabana en la que también se presentaron desde media mañana grupos musicales para animar a los presentes.
    Un cartel gigante con la imagen del Cristo Redentor y la frase "Rio loves you" fue exhibido sobre las cabezas de quienes se congregaron en la playa para una fiesta que promete extenderse hasta el fin de semana.
    Las autoridades municipales y regionales de Río de Janeiro dieron el día de asueto a los empleados públicos para estimularlos a comparecer en masa a Copacabana, primero para hacer fuerza por la candidatura brasileña y luego para celebrar.
    Las principales atracciones de la fiesta que acaba de comenzar son el cantante Lulu Santos, que se presentó durante el receso que hubo antes del anuncio de la ciudad ganadora, la batería de la escuela de samba Académicos de Salgueiro y el grupo Revelaçao.