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A Riazor se le hiela la sangre

Crujió el tobillo de Filipe, Lotina se llevó las manos a la cara y hasta se le saltaron las lágrimas. A Lendoiro se le rompió el único cheque que tenía para tapar agujeros. Ya le había ocurrido en su día con Manuel Pablo, así de cruel. Había marcado gol Filipe, pero a Riazor se le heló la sangre. Era su primera cabalgada, quizás estaba en la reserva tras más de ochenta partidos consecutivos como titular. Inició la jugada, y acudió a un rebañar un remate sin rumbo de Bodipo. Metió el pie, marcó gol e Iraizoz cayó sobre él, el tobillo se luxó mientras la pelota entraba en la portería.

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