El pequeño Alejandro, de seis años, estaba casi dormido en el sofá cuando su vecina del tercero, una chica de doce años, fue a buscarlo. «Vente conmigo que te voy a dar un coche», le dijo. El niño, que la conocía, subió con la expectativa de tener el juguete. Así se lo contó la hermana mayor de Alejandro a su padre, cuando el hombre se preocupó porque era hora de dormir y el más pequeño de sus cinco hijos no aparecía. Aquella fue la última vez que la familia de Alejandro Fernández le vio con vida. Horas después, a las 01.30 horas de la madrugada, la Policía Nacional encontró el cadáver del niñ...