Hablar del espíritu de Juanito y de remontadas a la europea cuando el calendario nos dice que estamos a 10 de noviembre no casa con la idea de la superproducción galáctica de los 300 millones de euros. El Madrid galáctico escribió su primer y enorme borrón. Lo hizo en Alcorcón con un humillante 4-0 y lo corroboró no pasando de un mediocre triunfo mínimo en el Bernabéu, lleno para ¿una gran noche?.

Florentinos, Valdanos y Pellegrinis se frotan los ojos viendo que el triplete soñado y envidiado ya es historia. Un humilde Alcorcón dio la cara en un Bernabéu primero entregado y luego crispado y furioso por la incapacidad de su equipo ante un Segunda B. Consultar el palmarés de la Copa del Rey permite ver que la competición del KO es la cruz de un club que no alza el metal monárquico desde la temporada 92-93.

Atasco galáctico

La salida era clave y el Alcorcón tuvo la fortuna y el acierto, personificado en su portero Juanma, de frenar la ofensiva merengue. Pellegrini plantó sobre el césped un 'once' de postín con hombres como Kaká, Raúl o Higuaín. Pero fue Van Nistelrooy el primero en percutir sobre el marco rival. El holandés se plantó ante Juanma y el buen portero amarillo sacó la pierna para alivio de los suyos. Otra vez apareció el portero para despejar un tiro de Arbeloa.

El previsible asedio blanco perdió fuelle y pasó a ser puntual y nunca se convirtió en el vendaval de otras noches con 90 minutos "molto longo" en el coliseo blanco. Todos esperaban el primero para ver cómo maduraba el duelo, pero éste llegó tarde. Después de responder a un centro envenenado de Lass, el Alcorcón tuvo sus alternativas en las botas de Borja. La primera parte moría con un Madrid impotente y abucheado por su público.

Ridículo, confirmado

El KO final del Madrid fue un palo, más que uno tres, los que estrelló el Real en la madera. Van Nistelrooy fue el primero en vérselas con el palo, antes de que Van der Vaart corriera la misma suerte. Mientras, Juanma crecía en su marco para ser un muro imposible de derribar. Los minutos pasaban, el ridículo crecía y la afición del Bernabéu agotaba su paciencia. Kaká sacó la vergüenza torera y buscó con ahínco una diana que diera opciones a la machada.

Y tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió y el Madrid consiguió el gol que anhelaba. Fue tarde, muy tarde, pero Van der Vaart fue el único capaz de batir la meta rival con un tiro raso junto al palo (1-0, 82'). Soñar era utópico y más lo fue con otro balón a la madera estrellado por Higuaín. El insistir una y otra vez del Madrid acabó con el pitido final del colegiado, acompañado por el sonido de viento de la desencantada afición. El Alcorcón hizo historia en el Bernabéu. Galacticidio, totalmente confirmado.

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