napoleónica

Sinfonía napoleónica de Sebastián Castella en paseo militar

Y al séptimo día Dios descansó. Apoyó su mano en Galicia y de su huella nacieron las rías. En la anochecida del sábado las gentes aguardaban en sillas de playa, frente a las taquillas, la madrugada y la mañana. Querían ver a José Tomás y empeñaron el sueño. Pero al despertar de la duermevela se encontraron con el emperador Sebastián Castella en un paseo militar de sinfonía napoleónica. Y si la espada no le falla se hace con cuatro orejas de ley. Un fallo entrecomillado. Porque una estocada baja y un pinchazo y estocada en otras plazas no se cuentan tanto como en Pontevedra. Aquí, pese a la ale...
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