Y es que a la deuda ya conocida se ha sumado el importe de la subvención del año 2008, que la Ciudad considera insuficientemente justificada, por lo que ha requerido su devolución. Ante este panorama, nadie ha querido presentar su candidatura para elegir una nueva Ejecutiva.
Con un agujero negro en el banco, una investigación en la Fiscalía y sin nueva Ejecutiva se ha tenido que votar finalmente la disolución del Consejo, que ha sido aprobada con 21 votos a favor, 23 abstenciones y nadie en contra. Las manos alzadas de Juventudes Socialistas, Jóvenes Demócratas y Nuevas Generaciones han supuesto el tiro de gracia para una institución que pedía la muerte a gritos para no seguir agonizando.
Y es que la votacion ha llegado tras una compicada Asamblea, protagonizada por el enfrentamiento constante con la anterior presidenta, Mariam Mohamed, que ha reconocido su mala gestión, pero que ha apostado por la continuidad del Consejo. Mohamed ha asegurado que si la gestora no hubiese sacado a la luz las deudas del CJCE no se habría llegado a esta situación, ya que la Ciudad seguiría aportando dinero al igual que afirma hace con otras entidades en situación similar.
El futuro parece que pasa por la creación de una plataforma que englobe a las asociaciones y que forme un nuevo Consejo, en un proceso como el que se está desarrollando en Canarias.