Los caballas disfrutaron de un verdadero espectáculo

Con un lleno casi absoluto, el teatro negro de Praga encandiló al público con su espectáculo de representaciones mímicas, danza, música y por supuesto, su característica puesta en escena.

La combinación de un escenario totalmente negro con el juego de luces, linternas negras y diferentes elementos pintados en tinta fosforescente conseguía que fuera imposible apartar los ojos ni un segundo de lo que allí arriba se representaba.

Interactuando con el público e interpretando escenas cotidianas y no tan cotidianas, teñidas de humor y mezcladas con música y baile, entretuvieron a grandes y pequeños durante una hora y media.

El público se puso en pie para un largo aplauso final.