Las Fuerzas Armadas están de celebración (lo está toda España, de hecho). El Ejército de Tierra ha conmemorado este 25 de julio postelectoral a Santiago Apóstol, patrón de nuestro país, con una ristra de paradas militares por doquier.
En Ceuta, los encargados de recoger el guante han sido los integrantes del Regimiento de Caballería Montesa nº 3, quienes han protagonizado a media mañana -no ajenos al sofocante calor y a la humedad- un sencillo acto solemne que ha transcurrido al completo en el inaccesible Baluarte de la Bandera.
Alrededor de medio centenar de funcionarios adscritos a la Comandancia General han tomado parte en la ceremonia, que ha estado encabezada por el propio Marcos Llago al amparo de buena parte de su Plana Mayor. Quienes también han participado en el evento -en condición de invitados- han sido el presidente de la Ciudad y el delegado del Gobierno.
Tras un sonoro cañonazo de fogueo que ha ensordecido casi por completo a todos cuantos han hecho acto de presencia en el lugar, dos de los miembros de la Sección de Honores llamada hoy a filas se han subido a lo alto del bastión para efectuar un izado de bandera en homenaje a los caídos en combate.
Según el gremio castrense, la tradición de realizar andanadas como la de hoy se remonta, ni más ni menos, que a la Edad Media. Al parecer, son cuatro los motivos por los que, antaño, las huestes ejecutaban salvas de cañón similares a la que resuena cada mediodía en nuestra salada tierra, a saber:
-En honor a las visitas reales
-Para alertar sobre la presencia de posibles embarcaciones enemigas o de piratas
-Para anunciar la apertura y el cierre de las ciudades amuralladas
-Para llamar a los fieles al rezo del Ángelus (costumbre que, hoy día, permanece vigente en algunas zonas rurales de España)
Luego de una breve marcha a ritmo de tambor, el comandante general ha dado por finalizado el acontecimiento, permitiendo a sus subordinados romper filas y pasar a atender otros menesteres en un ambiente de mayor distensión.