"Que todo el mundo pueda pasar un Ramadán digno": ese es el objetivo que tiene entre ceja y ceja el conglomerado de entidades que, a pocos días de que dé comienzo el mes sagrado de los musulmanes, ha decidido salir a la calle para pulsar la solidaridad de la población caballa. En total, son siete las organizaciones que han optado por unir sus fuerzas para tratar de materializar tan noble pretensión; puede que sus nombres te suenen: Al Amal, Al Ambar, Iqra, Musulmanes por el bien, Enfermos sin fronteras y las Asociaciones de Vecinos de Sidi Embarek y Príncipe Alfonso.

La campaña diseñada en conjunto lleva por nombre 'Ramadán generoso'. La cualidad que pretende hacer brotar en el ciudadano medio es justamente esa: la generosidad. Ayer, 5 de marzo, la coalición montó el campamento en plena avenida Cañonero Dato. Ha sido a pie de supermercado, en el Lidl, en medio del incesante ir y venir de compradores y paseantes. Allí estaban desde bien temprano Haitham y Uzman, comandando "una recogida para la gente que no tiene".

Están "todo el día", lo que, dicho de otro modo, equivale a un buen puñado de horas (tantas como el propio Lidl permanece abierto al público). Poco después de las dos en punto de la tarde, tras largo rato funcionando a pleno rendimiento, la ristra de donativos recibidos era ya lo suficientemente extensa como para dar de comer a varias familias de una tacada.

Casi tan grande como el número de alimentos donados hasta el momento es la lista de artículos aceptados: leche, tomate triturado, garbanzos, fideos, harina, azúcar, sal, café, té, cacao, queso, mantequilla... En definitiva: "Productos básicos del día a día"; nada de lujos innecesarios.

Los interesados en contribuir a la causa no pueden tenerlo más fácil: es tan sencillo como comprar cualquiera de los productos arriba enumerados y, antes de salir del establecimiento, depositarlo en la mesa que Haitham y Uzman llevan día y medio custodiando. Finalizada la jornada, la mercancía colectada se guarda bajo llave "en el almacén de Al Amal", cerca de la antigua Estación del Ferrocarril.

Los promotores del movimiento consideran que la iniciativa es más que necesaria dados los tiempos que corren. Los datos están ahí: "En Ceuta, el porcentaje de población en riesgo de exclusión social es enorme". No lo decimos nosotros; son palabras de Uzman, quien decía saber de buena tinta que "hay gente que apenas tiene para comer".

Uzman cree que "nuestros gobernantes insisten en esconder bajo una alfombra el tema de la pobreza extrema". "Es algo que está tapado y que nosotros queremos visualizar", incidía el hombre, que tiene claro que "los musulmanes son quienes más sufren este problema".

Por fortuna para todos esos ceutíes de bien que aspiran a celebrar el mes del ayuno sin penurias, hasta ahora, la recaudación de alimentos está yendo "muy bien". "Lo que queremos es que las familias tengan un Ramadán en condiciones y que estén mejor alimentadas que en otras ocasiones", señalaba Uzman, que concluía con un alegato: "Al final, es el pueblo el que salva al pueblo".