FERIA

Ceuta amanece; la feria «duerme»

Ceuta amanece; la feria «duerme»

Los feriantes recargan pilas antes de la próxima reapertura


Tras echar el cierre y dar por concluida la jornada, el silencio y la quietud se apoderan por completo del recinto ferial durante las horas de sol. El movimiento y el dinamismo de la noche dan paso a una reconfortante calma a partir de las seis de la madrugada, momento en el que -por normativa municipal- el «barullo» llega a su fin.

Sin embargo, a pesar de la aparente tranquilidad, cualquier transeúnte que decida dar un paseo por el parque Juan Carlos I en horario matinal se percatará de la actividad que la feria sigue albergando (sobre todo, de puertas para adentro, claro está). La mayoría de los feriantes aprovecha el día para recuperar fuerzas, sí, pero también son muchos los trabajadores que han de adecentar sus negocios o ir al supermercado para hacer acopio de alimentos y demás «materia primera».

Así, una de las imágenes más recurrentes de La Marina durante la mañana es la de carretilleros transportando mercancías, aunque también resulta igualmente habitual ver a caseteros haciendo inventario y a técnicos llevando a cabo labores de mantenimiento en sus respectivas atracciones, ello, con el objetivo de dejar todo listo para la siguiente reapertura.

La estampa parece completamente irreal. Puede parecerlo, al menos, para aquellos que solo pisen la feria en horario nocturno y, por tanto, estén acostumbrados a las luces de neón y al bullicio propio de los festejos.

Pese a que la inactividad se configura como tónica habitual, siempre hay quienes optan por abrir sus establecimientos al público durante el día. Tal es el caso, por ejemplo, del puesto de turrones próximo a la entrada del recinto, cuyos propietarios han consagrado toda su vida a la venta ambulante. De esta forma, mientras unos duermen, otros prefieren adaptar una suerte de horario comercial para seguir haciendo caja.

Ceuta amanece; la feria «duerme»


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