El consejero y el viceconsejero de Festejos, Premi Mirchandani y Salvador Jaramillo, han hecho balance este miércoles de las Fiestas Patronales de este año, marcadas por "la austeridad", que ha permitido reducir su coste "un 50% con respecto a las de 2011", "la limpieza y la seguridad" para satisfacción de la Ciudad Autónoma, los feriantes y los ciudadanos.

A pesar de ello, ambos han reconocido, citando cálculos de la Policía Local, un descenso del 20% en la afluencia de personas al Real, que ha pasado de las 15.000 personas al día en que se cifró en 2012 a "unas 12.000" este año.

Mirchandani ha atribuido esta caída a "la coyuntura económica" y a los mensajes alarmantes sobre la posibilidad de que se produjese algún atentado, hipótesis alrededor de la cual ha asegurado que el Ejecutivo local respaldará las acciones que adopte la Delegación del Gobierno contra quienes difundieron esas "injustificadas alarmas", según las calificó González Pérez ayer.

En rueda de prensa, los responsables de Festejos se han mostrado "abiertos" a la recepción de propuestas para mejorar las fiestas, ya procedan de los grupos de la oposición o de "cualquier ciudadano", aunque el consejero ha recordado que "la Feria siempre ha sido lo que es, atracciones y casetas para pasarlo bien con amigos y familia".

En relación con los precios "desorbitados" denunciados por Caballas, el Gobierno local ha recordado que los feriantes han mantenido, pese al sobrecoste que supone trasladar su oferta al otro lado del Estrecho, sus tarifas de la Península, que han oscilado entre 3 y 5 euros.

De forma preliminar y con vistas al año que viene, Mirchandani ha avanzado que con toda probabilidad las Fiestas seguirán extendiéndose durante 5 días, en principio del 1 al 5, que en 2014 caerá en martes.

Jaramillo ha explicado, en alusión a los fuegos artificiales deslucidos por la niebla, que este tipo de espectáculos pirotécnicos "se contratan con meses de anterioridad y no pueden ni guardarse ni retirarse una vez colocados, menos este año en el que teníamos una horquilla horaria muy reducida porque había 20.000 toneladas de combustible en el puerto esperando para ser descargadas". "Había que lanzarlos y lamentamos la mala suerte de la niebla, que es algo que no podemos controlar", ha señalado.