La plaza de la Constitución volverá a levantarse. El aspecto actual que ofrece no es el definitivo. Y la broma o el “error” costará a las arcas públicas al menos 45.000 euros. Es algo más. 

El proyecto para asfaltar lo que hasta ahora era una calle peatonal con circulación de tráfico restringido, el Paseo de las Palmeras, se extendió a la plaza de la Constitución. La idea partía de una circunstancia temporal, la circulación de vehículos por el tramo que va desde el mercado hasta el inicio del Paseo de las Palmeras para paliar la situación que provocaban las obras de la remodelación de Gran Vía. La enorme duración, mucho más allá de los plazos de ejecución previstos en el proyecto, de la obra, provocó que el adoquinado del paseo de las Palmeras que no estaba pensado para soportar un tráfico intenso se fuera deteriorando. La solución llegó en forma de remodelación de la calle, que ahora luce con el carril central en negro asfalto. Y el proyecto se extendió a lo que era un tramo de la plaza de la Constitución que nunca, desde la remodelación hace ya 20 años fue abierto al tráfico.

El Plan General de Ordenación Urbana establece que esa zona es un jardín. Esto es, no abierta al paso de vehículos. Aún así, el proyecto saltó todos los filtros y recibió todos los vistos buenos para permitir que ese tramo por el que sólo por circunstancias de la obra de Gran Vía circulaban vehículos se asfaltara también en una involución del desarrollo urbanístico cuanto menos extraña. Hasta que alguien, en teoría, según ha aclarado hoy el consejero de Fomento, Alejandro Ramírez, la propia Consejería, se dio cuenta de que se vulneraba la ordenación urbanística. La obra se paró.

Y ahora Fomento ha optado por culminar el asfaltado previsto en ese tramo y mantenerlo cerrado al tráfico. No es definitivo. La plaza volverá a su aspecto anterior, tal y como ha aclarado Ramírez. Se volverá a picar el asfalto recién puesto para volver a poner la solería que se aprovechará de lo que se retiró del Paseo de las Palmeras para que el espacio siga siendo peatonal, tal y como ordena el Plan General de Ordenación Urbana, el vigente y el futuro.

Fomento trabaja en el proyecto nuevo para volver a peatonalizar lo que nunca debió de dejar de ser peatonal y estima el coste de esos trabajos en 45.000 euros. A ese precio habría que añadir en realidad lo que se vaya a pagar por la obra del Paseo de las Palmeras, en su importe correspondiente al asfaltado de ese tramo. Algo que nunca debió suceder. 

¿Responsabilidades? Ninguna.