Si hay catástrofes naturales, guerras, pandemias y algunos vaticinan ya la invasión extraterrestre por qué nos vamos a poner nerviosos por una obra retrasada, otra más. El consejero de Fomento del Gobierno de la Ciudad, Alejandro Ramírez, ha tirado este lunes nada menos que de la borrasca Filomena, para retorcer aún más las excusas dadas por el Gobierno al incomprensible, al menos para la vecindad de Juan XXIII, retraso que acumula la obra del polideportivo y el local social del barrio. Lo ha hecho en contestación a una interpelación sobre el asunto de la diputada del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, Fatima Hamed.

El resultado de encomendarse a Filomena no le ha resultado creíble a la portavoz del MDyC, pero es más que probable que la alusión a la borrasca azuce más los vientos de ira que soplan en el barrio por la no obra.

“4 años después no se ha hecho nada. Ese es el panorama para poner en contexto”, casi arrancaba su intervención Hamed. Aunque la vecindad lo ha recordado casi paso a paso en las últimas semanas con escritos en los medios el via crucis del encargo a Tragsa conviene recapitular brevemente para que no se pierda y pueda entender las dimensiones de Filomena. En 2018, el Gobierno encomendó a Tragsa la obra para dotar a Juan XXIII de una nueva pista polideportiva cubierta y un nuevo local social. Con un plazo de ejecución de 7 meses, Tragsa comenzó los trabajos en noviembre de 2018. Lo primero que venía en la hoja de ruta era derruir lo existente. Tiraron el local social y levantaron la pista existente para proceder a levantar lo nuevo. Pero en mayo de 2019, cuando más o menos las obras deberían haber estado finalizadas no se había hecho nada más que la demolición y los trabajos se abandonaron. Paralizados hasta hoy. La vecindad aún sigue buscando que algún responsable político le explique lo sucedido entonces.

Y hoy el consejero de Fomento, Alejandro Ramírez, ha puesto un argumento nuevo, otra explicación, sobre la mesa que probablemente más que arrojar luz al asunto lo encapote más. Ramírez ha comenzado hablando de que la necesidad de intervenir sobre el talud que soportaba la pista y soportará la nueva es lo que ha retrasado los trabajos al exigir un modificado y esa obra previa a la otra. 

Ante ese argumento, Hamed, que ha aprovechado su interpelación para resucitar las críticas a Tragsa en el sentido original que surgió cuando el Gobierno decidió apostarlo todo a este medio propio ya en la legislatura pasada, ha ironizado sobre la aparición repentina de taludes en la ciudad. 

“Se pregunta una cuando escucha explicaciones si se nos toma por tontos o creen que lo somos, todos los ciudadanos, me refiero. Ahora mismo se trata de problemas técnicos sobrevenidos cuando alude a un talud. ¿Ha aparecido ahí de la noche a la mañana?¿No había un estudio del terreno?¿No se sabía dónde había que actuar? El desplazamiento detectado en la ladera este de la parcela... ¿No estaba la ladera cuando le hicieron el encargo a Tragsa?¿Quién la puso ahí? Es vergonzoso que acepten esas excusas”; ha hilado Hamed.

Y ante eses preguntas, Ramírez en su segundo turno de palabra ha tirado de Filomena: “El talud sabíamos que estaba allí, pero con Filomena se cayó el talud. Fue una causa sobrevenida cuando se produjo la borrasca”, ha argumentado sin sonrojo el consejero. 

“Filomena fue una borrasca profunda europea (…) que afectó mayormente a España entre el 6 y el 11 de enero” de 2021. A los vecinos les tiraron el local y les levantaron la pista existente en noviembre de 2018, deberían haber tenido la nueva en verano de 2019. Filomena no era entonces ni brisa.

Y Hamed pedía aún este lunes explicaciones por las encomiendas a Tragsa citando un titular de aquellos ya lejanos tiempos: “El señor Vivas defiende que Tragsa acorta en casi 6 meses los plazos de obra y ha creado 400 empleos. Dos mentiras como una catedral”.

Fomento de todos modos insiste en que en breve las obras comenzarán, 3,1 millones de euros y ahora a primeros de 2023 se espera que los vecinos tengan nueva pista, completamente cubierta, local social y plaza para esparcirse, según ha explicado Ramírez. Si el Ejecutivo cumple ese plazo habrán pasado más de 4 años desde que Tragsa empezó los trabajos que iban a durar 7 meses acabando con la pista y el local social que podrían haber seguido disfrutando todo este tiempo. “¿Con qué cara pueden hablar con los vecinos? Rompan con Tragsa”, le ha impelido Hamed a Ramírez.