Las huellas de la porra cruzando la parte trasera del brazo y la espalda, los moratones al lado del ombligo de las botas de los policias o también en la espalda y en el culo son heridas ya cicatrizadas. Nording Mohamed, la víctima de estos golpes esperaba al conocer la sentencia del Supremo que el dolor moral que todavía sufría cicatrizara también, pero la posibilidad del indulto le ha reabierto la herida. "Nunca quise dinero, sólo justicia", recuerda aún hoy.
Las imágenes hablan solas.
{gallery}Galerias/nordinmohamed{/gallery}