Santa Teresa lo ha vuelto a hacer: apenas seis meses después de su exitosa 'potajá solidaria', la Parroquia con sede en la siempre acogedora barriada de Hadú ha hecho este 12 de octubre del corazón del Revellín escenario de un populoso tapeo con el que recaudar fondos para continuar siguiendo al papa allá donde vaya.

Las puertas del local de la Asociación de Vecinos del Centro se abrían transcurridos apenas dos minutos de la una en punto de la tarde. Poco antes de las dos y media, la improvisada terraza presentaba un lleno casi absoluto. El sofocante calor y la humedad no han sido impedimento alguno para los muchos comensales -cofrades o no- que han encontrado en el referido evento un plan de puente cercano a la perfección.

Pese a que la mayoría de los asistentes tenía entre ceja y ceja llenarse la tripa hasta reventar, había quien solo quería disfrutar de un agradable rato en compañía de sus allegados. Cerveza y abanico en mano, los participantes iban encontrando acomodo allí donde hubiera sitio: en la barra, en las mesas, de pie, en un banco... Eso sí: siempre a la sombra.

El menú del día ha sido básico a la par que efectivo: montaditos, tortilla de patatas, ensalada, pinchitos... Aun siendo la oferta bastante amplia, la palma se la han llevado los filetillos. Han tardado lo suyo en hacerse, sí, pero la espera ha merecido la pena. El recibimiento ha sido tal que, a las tres, no había quien no estuviese comiendo carne (en serio, no lo había). Para mayor gloria de todos los 'tapeadores' de pro, el precio de las raciones oscilaba entre el euro y medio y los dos euros, por lo que la economía no ha supuesto problema alguno.

La campaña de Santa Teresa persigue un objetivo claro: recaudar dinero para costear el viaje que permitirá al sector juvenil de la entidad ver en persona al sumo pontífice el próximo 2025. El gustoso encargado de comandar la iniciativa es Andrés Felipe, actual responsable del Camino Neocatecumenal de la propia Parroquia. Según Felipe, su principal cometido pasa por "llevar a los jóvenes de la Cofradía a todos los encuentros convocados por el papa". "Todos" son todos.

Andrés decía no estar por la labor de "dejar nunca a nadie en tierra". "Siempre hago todo lo posible por llevarlos a todos", explicaba. Claro está, las excursiones no son, precisamente, baratas; de ahí la necesidad de captar solidaridad a través de actividades como las que hoy nos ocupa. Para muestra, un botón: "gracias a los donativos de la gente", la expedición pudo acudir al completo a la última JMJ de Lisboa.

Las próximas citas marcadas en rojo en el calendario de la Parroquia son 2025 y 2027. Los lugares: Roma y Seúl, respectivamente. Evidentemente, a mayor distancia, mayor gasto, motivo por el que el tiempo apremia. "Eso hay que financiarlo; tenemos que ponernos en marcha desde ya", detallaba Felipe. A este respecto, cabe reseñar que, la de este Día de la Hispanidad, ha sido "la primera de las actividades programadas para costear ambas peregrinaciones".

El grado de aceptación suele ser mayúsculo. "Las veces que hemos hecho esto para que la gente coma con nosotros siempre acaba todo el mundo muy contento", revelaba el gestor, que adelantaba: "Queremos aprovechar cada festividad importante para organizar eventos similares".

La idea de la Parroquia es, por norma general, bastante fructífera en lo económico, sí, pero "siempre hay mucho trabajo detrás". Sin ir más lejos, el viaje a Lisboa requirió de "un año entero" de arduo sacrificio. Plena conocedora de ese esfuerzo es Ángela Martínez, una joven de apenas veinte años de edad que se adentró el mundillo hace ahora apenas seis meses. El motivo: su novio. "Un día, me invitó a probarlo; me gustó mucho el ambiente de familiaridad", confesaba.

Ángela forma parte del selecto grupo de agraciados de Santa Teresa que tuvo la dicha de concurrir a esa JMJ de Lisboa. "¿La experiencia? Increíble", afirmaba. El desahogo fue tal que la adolescente está "trabajando para poder repetir en Roma y en Seúl", porque claro: sarna con gusto no pica. "Tengo muchas ganas de ir", concluía.