FRONTERA

El laberinto burocrático deja a Ceuta (de momento) sin transfronterizos

El laberinto burocrático deja a Ceuta (de momento) sin transfronterizos
Frontera 310522-7
Una pareja cruza el paso fronterizo.

Los requisitos de visado, documentación en vigor, controles covid y los trámites necesarios para actualizar los permisos frenan la llegada de los trabajadores marroquíes


¿Es usted trabajador transfronterizo? “No, soy residente en Ceuta”. ¿Viene usted a trabajar a Ceuta? ¿Es transfronterizo? No, voy al barco. No, soy de Ceuta. No, voy al médico. No. No. No. No. Decenas de veces han repetido en vano la misma pregunta los periodistas apostados desde primerísima hora de la mañana en el paso del Tarajal y siempre la misma respuesta: No. “Y al otro lado no hay nadie, como aquí, nada de nada”, explica Outman, un tetuaní camino del puerto para coger el ferry. El primer día habilitado para que los trabajadores transfronterizos accedieran de nuevo a Ceuta ha resultado un fiasco. 

Los requisitos que se exigen en esta segunda fase de la reapertura de la frontera a los trabajadores transfronterizos han dejado en fuera de juego a casi la totalidad de los trabajadores transfronterizos. La estampa de la frontera a las siete de la mañana lo dice todo. El acceso al paso fronterizo prácticamente desierto contrasta con el trasiego y las colas que se registraban en el Tarajal cada mañana antes del cierre de la frontera en marzo de 2020. La línea 7 del Tarajal apenas trae una docena de pasajeros y apenas media docena lo coge desde la frontera para ir al centro de la ciudad. Los taxistas esperan en vano y solo un puñado de parroquianos, la mayoría policial y guardias civiles, desayuna en el cafetín Puerta de Europa, el único abierto 24 horas en Ceuta.

“A nosotros nos han dicho que estuviéramos aquí pronto, que desde las siete empezarían a llegar, pero ya veis, nada”, explicaba un agente de Policía Nacional. La misma explicación que dan los agentes de la Guardia Civil. “Ni uno en toda la noche”. “Al otro lado hay mucha policía pero no hay nadie, yo me he venido pronto temiendo que habría lío pero no hay nadie”, explica un español residente en Tetuán que ha cruzado la frontera poco después de las seis de la mañana. La inmensa mayoría de quienes cruzan la frontera lo hace con maleta o son marroquíes con permiso de residencia en la ciudad autónoma o ceutíes que tienen una segunda residencia en Marruecos. Ni transfronterizos ni tampoco turistas,. Quienes cargan con equipaje van al Puerto para cruzar a la Península. “Voy a hacer unos trámites y luego me subo a Granada”, explica un apresurado viajero, sorprendido al verse rodeado por los periodistas.

Sobre el papel, a medianoche de este 31 de mayo se abría la puerta a los empleados transfronterizos con su documentación en vigor. Pero entre la teoría y la práctica hay un laberinto burocrático en el que es muy fácil extraviarse: visado específico para las ciudades autónomas, o en su caso la tarjeta de transfronterizo en vigor, el contrato pertinente activo o en tramite y, de postre, pasaporte covid con las tres vacunas. Cuatro requisitos difíciles de cumplir tras más de dos años con la frontera cerrada. Más si cabe cuando cada uno de esos requisitos acarrean trámites engorrosos y citas previas.

En marzo de 2020, la Seguridad Social en Ceuta contabilizada 2.405 trabajadores transfronterizos, de los que 2.109 eran empleadas de hogar, 280 estaban encuadrados en otros oficios (fontaneros, carpinteros panaderos…) y 16 eran trabajadores autónomos. Hoy, según el listado que maneja Delegación de Gobierno, solo 150 tienen el visado específico para la ciudad autónoma y “una parte muy pequeña de ellos” tiene la tarjeta de transfronterizo en vigor. Pero ni eso es garantía de nada. Con el visado tienen que acceder a Ceuta para completar los trámites (las huellas dactilares, la foto..) a la par que el empleador les da de alta en la Seguridad Social y ya se puede empezar a tramitar la TIE, con cuyo resguardo de solicitud ya podrán cruzar tranquilamente la frontera que separa España de Marruecos. Pero no es sencillo. En Extranjería no empiezan a dar citas hasta este próximo1 de junio, pero solo dan 40 al día. Los más afortunados tienen cita para mediados de junio.

“Es un lío”, explica Saida (nombre ficticio) desde Tetuán. “La gente tiene miedo de que la policía no te deje llegar a la frontera. Es una ruina”. Ella, más de 20 años cotizados como empleada de hogar en Ceuta espera al borde de la desesperación a que su empleadora haga los trámites.

El objetivo, explican fuentes de Delegación es que la reincorporación se haga de forma legal para “evitar bolsas de trabajo fraudulento”. “Trabajar en negro se acabó en Ceuta”, zanjan. Sin contrato ni la tarjeta de transfronterizo en vigor no pasa nadie, insisten, el que quiera hacer turismo, tiene que tener visado. 

Pero todo puede cambiar. La incógnita está en manos de los equipos de trabajo de España y Marruecos que negocian pasos paso las condiciones de la reapertura gradual de sus fronteras terrestres. El siguiente horizonte tiene fecha, el 15 de junio, avanzan desde Delegación. Ese día sabremos cuál es el siguiente paso, si se mantiene ‘sine die’ la exigencia de visado, si se recupera formalmente el régimen de viajeros o si llega o no la ansiada aduana comercial. 

El laberinto burocrático deja a Ceuta (de momento) sin transfronterizos


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad