PATRONA

Un mar de lágrimas de emoción en "el mejor balcón de Jáudenes"

Un mar de lágrimas de emoción en "el mejor balcón de Jáudenes"
Procesión en honor a la Patrona
Procesión en honor a la Patrona
La Virgen de África por fin ha finalizado su confinamiento

La procesión de la Virgen de África, que ha vuelto tras tres años a las calles de Ceuta, ha tenido momentos de gran intensidad en la calle Jaudenes y en su "mejor balcón". Además de la tradicional petalada y la Salve Marinera, Enrique Casellas y David Gutierrez han entonado una sevillana en honor de los que ya no están que ha provocado un mar de lágrimas de emoción.

Texto. – La Virgen de África por fin ha finalizado su confinamiento. Uno que ha durado más que el de ninguno de nosotros. Dos años si no contamos el traslado que se realizó en octubre durante acción de gracias. Este viernes, su día, la Madre de los ceutíes ha podido, por fin, salir a pasear por sus calles y recorrerlas en compañía de multitud de fieles.

A las puertas de la Iglesia, la Orquesta Ciudad de Ceuta ha entonado el himno de la ciudad como recibimiento a la Patrona. Precediéndola caminaban un extenso cortejo que incluía desde la corte de infantes al presidente de la Ciudad, Juan Vivas, el comandante general, Marcos Llago y al obispo de Ceuta y Cádiz, Rafael Zornoza.

La Corporación en la procesión del 5 de agosto
La Corporación en la procesión del 5 de agosto

La cofradía de Santa María de África ha elegido una ruta larga, para poder disfrutar de la procesión, tras este lapso sin poder hacerlo. Así, han acompañado a Maria por el Paseo de las Palmeras en un recorrido enmarcado en la puesta de sol tras la mujer muerta.

A su llegada a la Plaza de la Constitución, el vicario de Ceuta, Francisco Fernández, ha recordado la protección que brindó a Ceuta su patrona durante los tiempos de la peste, una pandemia diferente a la que vivimos, pero en la que la intercesión de la Virgen de África es igual de importante. A continuación, el obispo ha entonado una salve acompañado de muchos de los ceutíes presentes que se han arrancado en "vivas" y "guapa"

Con la luz de los cirios que portaban los miembros del cortejo relumbrando al comenzar a oscurecer, la comitiva ha continuado por en el Paseo del Revellín hasta llegar a la calle Ingenieros mientras caía la noche. Un nuevo giro para enfilar Cervantes hasta el Paseo de Colón y de ahí entrar en Jaudenes.

Es en esta calle donde siempre se viven los momentos de mayor intensidad en la procesión de la Virgen de Africa. Una lluvia de pétalos arrojados desde las ventanas de muchas viviendas. Canciones en honor de la Alcaldesa Perpetua...

Pero este año ha sido aún más emotivo porque en “el mejor balcón de Jaudenes”, el de la familia Vera Cabillas, se han vuelto a lanzar miles de pétalos de flores y se ha vuelto a cantar la Salve a la Virgen de África a su paso por la balconada. Pero ya nada es igual.

Porque este año el responsable de organizar todo esto ha sido Jose Luis Vera, hijo. Sus padres nos dejaron ambos en el plazo de un año y medio. La tradición de lanzar flores al paso de la Virgen la inició su hermana, María de África, hace unos 30 años. Al fallecer ella muy joven, de una enfermedad, sus padres decidieron continuar con la tradición en recuerdo de “una que iba siempre delante de la Virgen”, aunque estuvieron cuatro o cinco años sin hacerlo. El dolor por la pérdida era demasiado.

Hoy, José Luis hijo ha retomado la tradición por sus padres, aunque no ha podido reprimir sus lágrimas al escuchar cantar a Enrique Casellas y David Gutierrez. Ambos llevan entre 16 y 17 años yendo a cantarle a la Virgen desde este balcón. Hoy, además de la acostumbrada salve, han cantado una sevillana, escrita por ellos, en honor a todos lo que ya no están, los que nos han dejado en estos dos últimos años, especialmente la familia Vera Cabillas. Hoy, han compartido unos emocionantes momentos con los ceutíes a píe de calle que escuchaban las palabras y la música del balcón.

Tras recobrarse, la procesión ha continuado su camino en dirección al Santuario de Nuestra Señora de África para recogerse tras la jornada y esperar un año más. 

Un mar de lágrimas de emoción en "el mejor balcón de Jáudenes"


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