El número de menores extranjeros no acompañados, conocidos habitualmente por su acrónimo, MENA, se ha doblado en el último año y medio hasta los 160, según ha detallado la directora de Menores, Toñi Palomo, un efecto más de la crisis, que ha ralentizado hasta estancarlo el crecimiento económico pero ha acelerado los movimientos migratorios y sus consecuencias.

Desde el comienzo de la crisis se has acentuado la movilidad geográfica de las familias, lo que ha repercutido en un mayor asentamiento de menores, muchas veces sin sus padres, en la ciudad autónoma. “Antes había porcentaje de niños que fluctuaba, pero ahora se quedan en Ceuta”, apunta Palomo al frente de un servicio que tiene bajo su tutela a 800 niños y en régimen de acogida a unos 200.

“Respecto al resto de menores la cifra se mantiene equilibrada, más o menos”, apunta la responsable del Área de Menores, “tenemos 12 plazas en el centro San Ildefonso, que siempre están cubiertas o sobrepasadas, 24 niños en el centro Mediterráneo y luego tenemos los niños que están en acogimiento familiar pero que tiene la tutela la ciudad autónoma de Ceuta”.