Los numerosos testigos que se agolparon en la zona dieron pistas a los agentes de policía sobre lo que había sucedido. Algunos de ellos habían visto salir huyendo a dos individuos, supuestamente los dos que se habían enfrentado al inmigrante muerto. Uno de los que corría, lo hacía blandiendo un cuchillo en la mano.
La descripción de los testigos ha servido a la policía para actuar de forma inmediata. En tan sólo un cuarto de hora agentes de la Policía Local lograban detener al primero de los individuos, aún con la chaqueta del muerto, manchada y rodeada de una sangres espesa, tirada en el suelo donde puso fin a su sueño de alcanzar una vida mejor. Los agentes siguieron buscando al otro individuo. Lo encontraron gracias a la descripción poco después. Entorno a las 13.40 horas en las cercanías de un instituto dos agentes identificaban a un sospecho, al cachearle le encontraron el cuchillo aún manchado con la sangres caliente de la víctima. En apenas tres cuartos de hora quedaba resuelto un crimen.