El calor más propio de julio que de esta época de junio ha retrasado sobre otros años el inicio de la procesión del Corpus Christi. Pero más ha apretado la pandemia y el virus que la había logrado cancelar (o retrasar) dos años. Este domingo la calle Jáudenes y la Gran Vía con sus tradicionales alfombras de flores han recuperado la estampa típica de la fiesta religisosa y han puesto una muesca más en la recuperación de la normalidad, no la nueva, sino la plena.

Todo ha seguido dentro del habitual orden de la procesión y los niños y niñas que habían hecho la comunión estas pasadas semanas han vuelto a ser protagonistas, en muchos casos, ellos y ellas también habían tenido que esperar dos años para celebrar su comunión, de ahí que a diferencia de otros años, tal vez haya quien ha podido notar que la altura era más alta de lo habitual.

Como es tradición, el presidente de la Ciudad ha entregado el Pendón Real al Comandante General para que fuera quien custodiara el símbolo del poder durante la marcha, para después devolverlo. Vivas eso sí ha portado en todo momento el bastón de mando de la Ciudad.

En la procesión han participado a su vez las bandas de música de la Amargura y de la Comandancia General. Todo en un ambiente festivo y con amplio respaldo de los ceutíes que no han dudado en acudir a ver la procesión después de dos años.