El día estaba despejado. Hacía viento, bastante viento, pero no lo suficiente como para tirar por tierra lo que estaba por venir. En medio de una oleada de relevos como pocas se recuerdan, hoy, 15 de diciembre de 2023, el ilustre Regimiento Mixto de Artillería nº 30 ha despedido con honores al que fuese su máximo dirigente desde hace justo dos años: Eliseo Zurdo. Pasa a ocupar su cargo (y a asumir todas sus responsabilidades) Santiago Serantes Vergara, un teniente coronel de origen coruñés con apenas 53 años de edad.
El escenario elegido por la Comandancia General para escenificar la cesión de mando ha sido el Acuartelamiento Teniente Fuentes Pila. Allí, en medio de la amurallada Plaza de Armas Coronel Juste, ha tenido lugar un vistoso acto militar que Marcos Llago ha descrito a posteriori como "de gran trascendencia para el Ejército y para España". No iba de farol.
Pese a que estaba previsto que el evento arrancase sobre las 13:30 horas, la tropa hacía su entrada en el patio quince minutos antes de lo previsto. Momentos después de quedar formadas las distintas baterías que componen la Unidad (y la Banda de Música), se personaba en la zona -acompañado de buena parte de su plana mayor- el propio comandante general.
Nada más llegar a la plaza, Llago se subía a lo alto del púlpito que lo acreditaba como máxima jerarca de la ceremonia. Inmediatamente después, el máximo responsable de las Fuerzas Armadas en suelo caballa iniciaba un obligado pase de revista que culminaba con una breve arenga. "Este es un día muy importante para la Artillería de Ceuta", aseguraba.
Finiquitada la intervención del jefe de la Comandancia, llegaba el momento por todos esperado: la entrega del estandarte del Regimiento. Antes de producirse el intercambio, el relator daba lectura a la orden de destino que ha propiciado la marcha de Zurdo. Acto seguido, el saliente ofrecía la enseña a su ya sustituto antes de fundirse con él en un afectuoso abrazo.
No cabe duda de que las despedidas son siempre amargas. Dicen los caballas más veteranos que aquellos que se vienen a vivir a Ceuta por obligación lo hacen siempre llorando, pero que uno llora mucho más cuando le toca marcharse. No sabemos si esta píldora de sabiduría popular será de aplicación al teniente coronel Eliseo. Una cosa está clara: el beso que le ha dado a la enseña de los artilleros ceutíes -su enseña- denotaba cierto quebranto.
Ya como jefe del RAMIX, Santiago Serantes se hacía momentáneamente con la voz cantante para dirigirse a sus nuevos compañeros. "Sirvan mis primeras palabras para expresar el orgullo y la ilusión que supone para mí tomar posesión del mando del Régimen de Artillería Mixto nº 30", arrancaba. "Me siento especialmente privilegiado por poder liderar una de las unidades más destacadas de nuestro Ejército, una con un altísimo grado de preparación", proseguía.
El discurso de Serantes ha estado repleto de dedicatorias y menciones especiales. La primera de ellas ha sido para su predecesor en el cargo, con el que se ha comprometido a recoger su testigo "con admiración y respeto". A sus subordinados, el teniente coronel les ha prometido "justicia, templanza y lealtad"; también "la formación de un equipo cohesionado". Despachados sus semejantes, Santiago se dirigía a su familia para darle las gracias por "su comprensión". "Soy lo que soy gracias a vosotros; os debo el haber alcanzado todas mis metas", confesaba.
Un sonoro "¡Viva España!" -su primero como dirigente del RAMIX- servía a Serantes para poner el broche a su alocución. Sonaban justo después en Fuentes Pila el himno de Artillería y los compases a oboe, trompeta y clarinete de la Marcha Granadera (el himno nacional). "Ha finalizado el acto militar", anunciaba el relator; la tropa rompía filas.