Ni carne ni pescado, la mejor paella del Rocío lleva verduritas de la huerta de la familia Sánchez-Ruiz. Así lo ha decidido el jurado del tradicional concurso de paellas que cada año organiza la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta con fines solidarios y en el que este año ha habido “secretos”, camaradería y “mucha fe”.

Todo queda en casa. Los maestros paelleros Ángeles Ruiz y Juan Sánchez son los padres del Hermano Mayor del colectivo rociero, José María, quien estrenaba de manera oficial el cargo durante el encuentro tras hacer la jura el sábado. Justo a tiempo para una época en la que “la cofradía tiene mucha vida”.

“Me está quedando una obra de arte”, celebraba la cocinera alegre mientras daba los últimos retoques a su creación mientras iba colocando con cuidado todas las verduras en un perfecto diseño geométrico.

En aquel momento tanto ella como Ruiz todavía veían “difícil” la victoria tras haber quedado segundos el año pasado. Y no era para menos, la competición estuvo reñida. Sin embargo, su receta “ecológica” llena de espárragos, judías, pimientos y delicias de la huerta cautivó a los jueces.

Marido y mujer arrebataron así, mano a mano, el primer puesto a la Hermandad de la Pollinica, cuyo equipo -la pareja veterana formada por los tocayos Manuel Medina y Manuel Alcaide- llegaba con ganas de llevarse la victoria otra vez.

No pudo ser. Su paella con rape, gambas, choco, setas del bosque y pimientos quedó segunda, por lo que tendrán que esperar al próximo encuentro para llevarse el tercer oro. Lo importante, en todo caso, era participar y pasar una amena jornada dominical entre los suyos.

La sorpresa llegó de la mano del grupo debutante Go Adventure, cuyos miembros tiraron de la receta de Joaquina Camarasa, madre de uno de los cocineros, para colarse en el podio. Su secreto (no tan secreto), además de la carne, fue la salmorreta alicantina: un sofrito realizado con ñoras.

También utilizaron secreto los miembros de la Cofradía de La Amargura, quienes acompañaron su arroz de ibéricos y mucha camaradería. “Es lo importante, participar, convivir y echar un ratito”, recordaba Carlos Pérez entre sus compañeros.

Con ese ánimo participaron otros de los veteranos del evento, ‘Entre amigos’, quienes apostaron por un arroz negro lleno de delicias marinas: calamares, pescado, almejas… Antonio Ponferrada contó además con un arma especial para llevar su participación a un nuevo nivel: un arroz traído para la ocasión desde Valencia. “Ni basmati de la india, ni de SOS, ni nada, ese es el bueno, bueno”, coincidían sus camaradas.

Cada uno lo intentó como pudo. El Padre Alberto, junto a sus jóvenes pinches del JOHC, el Encuentro de Jóvenes de Hermandades y Cofradías de España, cocinaron con mimo y “mucha fe” una paella de pollo y conejo que no se quedó atrás a la hora de vender raciones.

Con las paelleras prácticamente limpias y el patio a rebosar la Hermandad Rociera daba así por finalizada otra exitosa edición del concurso que servirá casi como preámbulo de la temporada navideña para el colectivo y cuya recaudación destinará a la Obra Social de la corporación, el Proyecto Fraternidad.

Por delante todavía tienen la Gran Recogida de Alimentos, una caravana solidaria y la ‘zambombá’ entre otras ‘excusas’ para pasar un rato juntos y compartir tradiciones.