El vertido de petroleo ocurrido en el muelle Alfau en la madrugada del martes al miércoles está "controlado" y pasando básicamente desapercibido, aunque se están estimando aún los litros de combustible soltados al mar por el buque liberiano 'K ONSET’. En cualquier caso, toda la actividad portuaria se ha mantenido sin afección alguna y parece que tampoco ha habido afección para el ecosistema marino.

Así lo comunica la Ciudad, después de que la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos se haya interesado por la situación, acudiendo además técnicos de Obimasa a revisar "todo el tramo de escollera entre el helipuerto y el puerto pesquero con el interés de controlar los posibles daños que se hubieran producido sobre la especie protegida Patella ferruginea (con abundante población en el interior del puerto) o la llegada de hidrocarburo a otros puntos de la costa para, en el caso de que se hiciera preciso, requerir las medidas que los técnicos estimaran necesarias adoptar por parte de Capitanía Marítima y Autoridad Portuaria", señalan.

"Con respecto a la Patella ferruginea, las observaciones iniciales practicadas parecen indicar que la especie no presenta afección, aunque, en cualquier caso, desde Obimasa se mantendrá un seguimiento durante los próximos días", añaden.

Una fuga ínfima comparada con las que se producen a nivel mundial

Fuentes como las organizaciones Greenpeace u Oceana estiman que los vertidos de petroleo al mar en todo el mundo alcanzan los 10 millones de toneladas. Por tanto, en el peor de los extremos la fuga producida por el barco liberiano en la ciudad autónoma sería como mínimo 400.000 o 500.000 veces menor.

Valga como ejemplo el caso del naufragio del Prestige en costas gallegas en el año 2022. Donde se liberaron al mar 63.000 toneladas de petróleo. Una cuantía 2.500 veces superior a la que como máximo se ha podido derramar en este caso.