Desde el proceso judicial por la devolución de menores en 2021, hasta los acuerdos entre España y Marruecos, pasando por la complicada posición del PP en las comunidades que gobierna con Vox y las intervenciones del presidente de Ceuta, cuestiones que aportan luz sobre la problemática con la acogida de jóvenes inmigrantes
Juan Vivas volvió a comparecer ayer para llamar la atención sobre la delicada situación en la que se encuentra la Ciudad con respecto a la llegada de menores inmigrantes no acompañados a Ceuta. 459 jóvenes estaban bajo tutela de la Ciudad este viernes, cuando el presidente salió a hablar. Eso supone superar en más de un 400% la capacidad máxima de los recursos municipales. Porcentaje similar al del incremento en el número de llegadas de niños y adolescentes en comparación con el pasado año. Frente a esa realidad, otra, que sacarlos hacia la Península, como pretende el Ejecutivo local, está siendo harto complicado. Máxime cuando la propuesta del PSOE de cambiar la Ley de Extranjería, obligando a las comunidades autónomas a repartirse a los chavales, no acaba de contar con el apoyo del PP nacional, a pesar de las insistencia de su líder en Ceuta. Las que siguen son algunas de las claves que pueden ayudar a explicar la crisis migratoria y las reacciones de cada parte ante ella.
El proceso judicial por devolución en caliente de menores en 2021
La política de devolver en caliente a quienes alcanzan Ceuta de manera irregular se mantiene a día de hoy con los inmigrantes de nacionalidad marroquí, en virtud del acuerdo actual con el Reino Alauita. Sin embargo, este proceder solo se aplica con adultos. En 2021 autoridades nacionales y locales convinieron en devolver a 55 niños y adolescentes que habían cruzado desde Marruecos, de manera directa.
Entonces la justicia actuó, entendiendo que se había vulnerado los derechos de los menores y también algunos de los preceptos de la Ley de Extranjería, por no individualizar los casos. Justo a mediados del pasado año fueron rechazados los últimos recursos presentados por los responsables políticos de la decisión, por lo que habrá juicio.
El margen de maniobra es entonces escaso y esto también es conocido por quienes buscan una vida mejor -en muchas ocasiones perdiéndola por el camino- dejando atrás Marrruecos sin llegar a la mayoría de edad.
Las relaciones con el país vecino
Aunque la presión migratoria es constante y. al menos en Ceuta, fue mucho mayor años atrás; las épocas de menor flujo siempre han coincidido con momentos en los que el Gobierno marroquí ha ordenado a sus fuerzas de seguridad controlar férreamente el paso fronterizo.
A pesar de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre partes del pasado año y de que el propio presidente español, Pedro Sánchez, y sus ministros hayan llegado a afirmar que las relaciones entre países atraviesan su mejor momento, esto contrasta con el hecho de que el control de la inmigración por parte de Marruecos se haya debilitado. El tira y afloja entre ambos lados es constante y fuentes de la Guardia Civil reconocen que los criterios varían cada poco tiempo.
Meteorología
Aunque comparada con la geopolítica la meteorología pueda parecer una cuestión menor, esta última ha sido un factor a tener en cuenta en el hecho de que el número de intentonas y llegadas a suelo ceutí desde Marruecos se hayan incrementado. Los días de niebla son los más propicios para que jóvenes y adultos intenten esquivar los controles en los espigones.
Este 2024 ha estado plagado de jornadas con visibilidad reducida, que han acabado de dar el último empujón a quienes ya tenían en mente emprender el camino de la inmigración. Sin ir más lejos, la pasada semana hubo varios días de niebla que justo coinciden con las horas de mayor presión migratoria.
Las reacciones de Vivas
Desde que al poco de comenzar el año la llegada de menores se multiplicara, llevando a los recursos de la Ciudad a la sobreocupación, el presidente Juan Vivas ha intervenido en varias ocasiones para enviar mensajes de auxilio. Con distintas puestas en escena, siempre se han mantenido en su discurso varias ideas. La primera, la necesidad de repartir a los chavales por las comunidades autónomas de la Península. La segunda, que hay que afrontar la cuestión como un problema estructural y, por tanto, necesita de una respuesta permanente.
Frente a eso, la Administración local solo se ha encontrado la solidaridad de Andalucía para poder mandar allí algunos casos y un plan de contingencia que únicamente libera 87 plazas y que costó varios meses aprobar. El propio ministro del Interior, Fernando Garnde-Marlaska, coincidió semanas atrás, durante una visita a Ceuta, en apuntar que la solución no solo pasaba por una derivación puntual de jóvenes, sino en un cambio normativo.
Con dos comparecencias en las últimas dos semanas, Vivas ha insistido en esta idea. Sigue abogando además por que salga adelante la modificación de la Ley de Extranjería, que obligaría a las Comunidades Autónomas a ser solidarias y aceptar los traslados. Sin embargo, ante la perspectiva de que el acuerdo entre PP y PSOE -que desbloquearía esta opción- puede demorarse, el presidente reveló una estrategia de cinco puntos. En ella destaca la posibilidad de ceder la guarda de los niños y adolescentes a entidades humanitarias, manteniendo la Administración local su tutela, pero pudiendo así enviarlos a regiones donde estas ONG dispongan de instalaciones. También se pretende pedir al Estado que facilite espacios de los que disponga en la ciudad para usarlos como recurso de acogida
La presencia del padre Ángel
En un interesante movimiento, Vivas llamó la pasada semana al padre Ángel para involucrarle en la búsqueda de una solución a la problemática. El religioso no solo se interesó, sino que se metió de lleno, visitando ayer la localidad y compareciendo ante los medios al lado del presidente.
Una imagen que vale mucho para el Gobierno local, pues la figura del padre es ampliamente reconocida a nivel mediático. Además, de esta manera el Ejecutivo ha conseguido escenificar apoyo por parte de las ONG a su idea de entregar la guarda de los jóvenes a entidades que los puedan atender fuera de Ceuta.
No se quedó ahí el empuje de Ángel, que también hizo fuerza porque edificios en desuso del Estado puedan emplearse para atender debidamente a los chavales.
Los gobiernos conjuntos de PP y Vox
En cualquier caso, la solución "estructural" que pide Vivas sigue pasando por la citada modificación de la Ley de Extranjería. El PSOE no cuenta con apoyos necesarios para sacarla adelante en el Congreso, dado que su socio de investidura, Junts, -de talante conservador y enfadado por la investidura del candidato socialista en Cataluña, Salvador Illa- no está por la labor de prestarle sus votos.
El PP se encuentra en una encrucijada. Sufre la presión de sus líderes en Ceuta y Melilla para dar el visto bueno a la modificación normativa y ve como el presidente andaluz, Juanma Moreno, sí está recibiendo menores enviados desde territorio español en el continente africano.
Parece que los populares quieren que la actualización de la norma sea más concreta. Que incluya detalles sobre cuales son criterios para determinar la cuota del reparto que toca a cada comunidad, que esta sea congruente con los recursos de cada territorio y que se comprometa financiación estatal para la acogida. Al menos, así lo planteó este viernes Vivas.
Sin embargo, aún cumpliendo el PSOE con estas peticiones, el PP enfrentaría otro problema. Conseguir que Vox mantenga su apoyo a los ejecutivos regionales y locales en los que gobiernan conjuntamente, dada la postura completamente contraria a la inmigración que sostiene desde sus orígenes la formación ultraderechista. Si se aprueba la reforma, comunidades en las que ambos comparten el poder tendrían que recibir menores.
Ceti y Gobierno nacional
Mientras la mirada se centra en los jóvenes migrantes, por ser su tutela competencia de la Ciudad, la llegada de adultos no es desdeñable, sin llegar ni de lejos -como la de los menores- a las cotas de otras épocas. Sin embargo, con la normativa actual, los recursos para atender a quienes superan los dieciocho años también están saturados.
Aunque a las personas con nacionalidad marroquí están siendo devueltas en caliente una vez son detectadas por la Guardia Civil rebasando la frontera, quedan en Ceuta un elevado número de inmigrantes tanto argelinos como procedentes de países subsaharianos. Esto ha llevado al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) a encontrarse reiteradamente muy por encima de aforo y generado conflictos entre los usuarios.
Frente a eso, el Gobierno de la nación ha enviado agentes de refuerzo a la frontera y optado por agilizar, a través de la Delegación del Gobierno, la salida de residentes hacia territorio peninsular. Un proceso lento por toda la burocracia que implica.