¿Habrá más dimisiones?

-La de Carolina Pérez es la tercera salida de un miembro del Consejo de Gobierno que preside Vivas que se produce forzada por los acontecimientos desfavorables

Juan Vivas celebra estos días sus diez años en el Gobierno. En la década que ha pasado desde que Jesús Simarro y otros ilustres miembros del GIL apoyaran a Vivas en una moción de censura a Antonio Sampietro, la ya ex consejera de Asuntos Sociales, Carolina Pérez, era la última colaboradora del presidente que había desempeñado cargos de gran responsabilidad en todos sus Ejecutivos.

Su dimisión, forzada por las declaraciones del Senado, representa la tercera crisis de Gobierno de lo que va de legislatura. Los tres cambios llevados a cabo por Vivas en su Gabinete han sido forzados, en el caso de Carolina Pérez el presidente repitió la fórmula de situación “no deseada” que ya usara para hablar de la dimisión “por motivos personales” del ex presidente del PP y vicepresidente de su Gobierno, Pedro Gordillo. Gordillo con causa abierta en los juzgados e imputado por el momento por tráfico de influencias, fue el primero en abandonar el Gobierno. Su error lo pagó con la dimisión del cargo en el Gobierno, la renuncia al acta de diputado y el abandono de la vida política. En su salida desairada y forzada han colocado repetidas veces personas del entorno del Gobierno otros cambios en la composición de la plantilla de Altos Cargos. Así se movió el banquillo para dejar fuera a personas de estrecha confianza de Gordillo en un primer momento y esa puerga fue de vuelta, según dicen las malas voces, con la filtración a los sindicatos de lo que acabó siendo el caso Gobernación. José Antonio Rodríguez, no dimitió, se negó, y el presidente cumplió su amenaza de cesarle. Dejó de ser consejero de Gobernación y las obras contratadas en el polifuncional están siendo investivadas por el Tribunal de Cuentas. Su cabeza se rumorea que figuraba en la lista negra de Gordillo. Junto a él se asegura en los corrillos políticos que figuran más nombres relevantes, como el del consejero de Fomento, Juan Manuel Doncel, la consejera de Sanidad, Adela Nieto, el jefe de Gabinete, Sánchez Paris e incluso el mandamás de la UNED, Fernando Jover. Hasta ahora, sólo Rodríguez ha tenido que abandonar el Gobierno por la filtración de información comprometida. Carolina Pérez ha dimitido por su error en el senado que ha puesto en un compromiso al Partido y al Gobierno de cara a la comunidad musulmana, una de las dos mayoritarias en la ciudad y a pocos meses de la cita con las urnas. Juan Manuel Doncel ha pasado apuros debidos más a otro error que a la presión ejercida desde fuera o el entorno de Gordillo. Un ciudadano mantiene arrinconado en los juzgados al consejero de Fomento por la licencia concedida a un local en una céntrica plaza. Sánchez Paris con todas las papeletas para ser el siguiente en salir del Gobierno antes de lo previsto y a escasas semanas de la cita con las urnas abandonará el Ejecutivo, según el propio Vivas, por su cansancio en estar siempre en la picota. Si bien, el jefe de Gabinete sí ha tenido que aguantar cierta presión por la compra por duplicado de los muebles del conservatorio, aunque de su defensa, se encargó el propio presidente Vivas. Una diferencia notable con los demás cargos que han tenido que abandonar el barco en medio de la travesía. Y ante todos estos cambios por malas gestiones hay un denominador común, el presidente Vivas logra salir indemne de todas las meteduras de pata de sus colaboradores. Su imagen y su popularidad parece no resentirse, al menos así lo señalan la mayoría de las encuestas a tres meses de las elecciones. La intranquilidad en la que vive el Ejecutivo se reflejó tras el cese de Rodríguez Gómez, el propio presidente no se atrevió a afirmar que el ex consejero sería el último miembro del Gobierno que no llegaba a las elecciones como dictaba la lógica. Hay quienes se preguntan ¿quién será el próximo? A la imagen pública del presidente le da igual la respuesta.

¿Habrá más dimisiones?


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