PONENCIA

Cembrero cree que la aduana comercial no llegará a buen puerto y que las pruebas no son más que "una tomadura de pelo"

Cembrero cree que la aduana comercial no llegará a buen puerto y que las pruebas no son más que "una tomadura de pelo"
Ignacio Cembrero UNED charla Marruecos Sáhara
Ignacio Cembrero, durante una visita a Ceuta / Alejandro Castillo
El escritor, actual periodista de El Confidencial, se ha dejado ver por nuestra ciudad para analizar algunos de los últimos movimientos de nuestro país vecino en el tablero político internacional

Si hay en España una voz autorizada para hablar sobre los asuntos de Estado de nuestro país vecino, ese es Ignacio Cembrero. Dicen que lo prometido es deuda. La UNED prometió hace escasamente una semana que traería a suelo caballa al archiconocido periodista para hablar de aquello que más le gusta. Dicho y hecho: varias jornadas y algún que otro contratiempo después, Cembrero ha vuelto a pisar la ciudad que tantas veces ha inspirado sus crónicas.

El escritor se ha enfundado su acostumbrado mono de orador para disertar sobre algunos de los últimos movimientos del Reino alauí en el tablero político internacional. Lo ha hecho en el campus universitario al amparo de un populoso y atento público. "Son tiempos convulsos para Ceuta y Melilla", apuntaba un oriundo. "¿Cuándo no lo han sido?", espetaba él.

Ignacio Cembrero UNED charla Marruecos Sáhara
Un aula de la UNED, durante unas jornadas sobre España y Marruecos / Alejandro Castillo

Cembrero tiene claro que "Marruecos no está cumpliendo con lo pactado con el Gobierno de España de no hacer nada que pueda ofender al otro", una suerte de máxima no escrita que ambas naciones se dieron mutuamente y que, a la vista de los acontecimientos, a duras penas ha pasado de la palabrería. "En España, no se toca ningún tema relacionado con el Sáhara, justamente, para no ofender a Marruecos", recordaba el corresponsal, que considera que el feedback por parte de Mohamed VI y los suyos lleva largo tiempo brillando por su ausencia.

La nota verbal recientemente remitida por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores alauí a la Unión Europea da buena cuenta de que, efectivamente, no se está dando cumplimiento a ese pacto de caballeros. Y es que, si hablar de Ceuta y Melilla como "ciudades marroquíes" es de ser un caballero, que baje Dios y lo vea.

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Ignacio Cembrero, durante una ponencia en la UNED sobre España y Marruecos / Alejandro Castillo

Cierto es que Marruecos no dijo ni 'mu' tras la visita que Pedro Sánchez utilizó para inaugurar el Centro de Salud del Tarajal -algo que no deja de sorprender al propio Ignacio-, mas, si nos atenemos a lo que expresó el mismo presidente del Gobierno el pasado 2 de febrero (eso de "evitar lo que ofende a la otra parte"), es evidente que el Estado marroquí no está siendo ecuánime.

Para Cembrero, las palabras pronunciadas hace mes y medio por el presidente de la Cámara de Consejeros de nuestra nación vecina resultan casi definitorias: "Son ciudades ocupadas". Según el veterano articulista de El Confidencial, este y otros gestos similares "revelan cuál es el pensamiento de fondo de las autoridades de Marruecos".

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Ignacio Cembrero, durante una ponencia en la UNED sobre España y Marruecos / Alejandro Castillo

El tema tenía que salir. La aduana comercial: ¿sí o no? Ignacio no duda: "Las pruebas que se están haciendo son una auténtica tomadura de pelo, totalmente innecesarias". "Menos necesarias son en Melilla, donde ha habido una aduana funcionando durante siglo y medio hasta que Marruecos decidió cerrarla de un plumazo en 2018", aseveraba.

No es por repetir, pero... Si hay en España una voz autorizada dentro de esta parcela tan concreta, es Ignacio Cembrero. Y si él, que sabe del tema, está tan convencido de que el invento de la aduana no es más que eso -un invento-, poco margen hay para la objeción. Solo el tiempo dirá si la cosa llega o no a buen puerto. Por lo pronto, habrá que esperar a que se conforme un nuevo Gobierno tras la cita electoral venidera.

Cembrero cree que la aduana comercial no llegará a buen puerto y que las pruebas no son más que "una tomadura de pelo"


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