Si Madrid es la cátedra del toreo, actuar en Las Ventas tiene que ser como un examen final. Como en todo, cada cual tiene su método para concentrarse y dejar los nervios en el coche de cuadrillas. Desde los que llegan tempranito a la plaza a los que apuran hasta casi las siete. Entre estos últimos, Miguel Báez, El Litri, que, una vez en el atasco de la calle de Alcalá, casi se pierde el paseíllo y se lleva la preceptiva multa.
Posted originally: 2010-05-09 00:47:00