La frontera entre Colombia y Venezuela se ha abierto y cerrado intermitentemente desde hace tres días debido a los disturbios ocurridos la semana pasada entre taxistas colombianos y miembros de la Guardia Nacional venezolana. El miércoles y el jueves, los colombianos protestaron contra el endurecimiento de los controles aduaneros del Gobierno de Hugo Chávez y fueron repelidos con gases lacrimógenos. Además, el martes fueron decenas de indígenas venezolanos los que bloquearon el tráfico entre los países para manifestarse en contra del decomiso de sus mercancías por parte de las autoridades colombianas.