Guardia Presidencial sin Presidente


Guardia Presidencial sin Presidente
Una serie de hechos, protestas y desafecciones han provocado la caída del régimen tunecino y el establecimiento de un gobierno provisional, de los llamados de ‘salvación nacional’ para llevar la transición de este país norteafricano hacia lo que parece que va a ser una democracia. Al inicio de las protestas eran las fuerzas del orden [...]

Una serie de hechos, protestas y desafecciones han provocado la caída del régimen tunecino y el establecimiento de un gobierno provisional, de los llamados de ‘salvación nacional’ para llevar la transición de este país norteafricano hacia lo que parece que va a ser una democracia.

Al inicio de las protestas eran las fuerzas del orden las que reprimían a los manifestantes, pero la caída del Presidente Ben Alí y la caída (aproximada) de su régimen no llevaron la tranquilidad sino algunos días de caos y anarquía porque la Guardia Presidencial realizaba ataques casi indiscriminados a pesar de que el Presidente ya no lo era.

Las informaciones sobre la composición de la Guardia Presidencial explican bastante bien ese comportamiento en contraposición con el comportamiento de las Fuerzas Armadas. La Guardia Presidencial está constituida principalmente por extranjeros que recibían un buen sueldo por sus servicios (lo que algunos llaman mercenarios).

Cuando cae el líder de un régimen y, de alguna manera, se impone una transición o un cambio de régimen, todos los implicados, por alta que fuera su posición, van a procurar demostrar que ellos no hicieron nada malo, que ellos no sabían lo que pasaban o que los actores de los actos más crueles eran elementos que ellos no controlaban.

La Guardia Presidencial era y es un candidato idóneo para la exoneración nacional. Unos extranjeros y a sueldo que dependían directamente del dictador, esto es, unos extranjeros malos (como todos los extranjeros en todos los países), que además eran avariciosos y que obedecían las órdenes de una sola persona, por lo que a nadie más le salpica sus actuaciones.

Los guardias presidenciales deben ser muchas cosas pero totalmente tontos no. Por ello iniciaron una campaña de violencia que solamente podría ser reprimida con mucha más violencia con la única intención, en mi opinión, de obligar al nuevo gobierno a negociar la salida del país de todos ellos y las condiciones de la salida. Supongo que pensaron que si se quedaban quietos, como otros elementos de la sociedad tunecina que eran la carne y los huesos del régimen, terminarían siendo el chivo expiatorio de todos los demás, encontrándose entre los principales acusadores a los más altos dirigentes de la caída dictadura.


Filed under: Ciencias Políticas, Comunicación Política, Corrupción, Mundo Árabe, Política, Política Internacional, Tunicia
Posted originally: 2011-01-22 12:00:40

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