Jorge Semprún: "La amnesia de la transición no puede ser eterna"
23 de noviembre de 2010 (10:15 h.)
Del campo de Buchenwald al desencanto del PCE, el escritor e intelectual repasa los hechos claves de su vida recogidos en el libro Lealtad y traición'
En el infierno también hay bibliotecas. Jorge Semprún leyó ¡Absalón, Absalón! en el campo de concentración de Buchenwald. Faulkner se le agarró a la piel, "cada línea era un triunfo". Los libros los sacaba en préstamo de la biblioteca de prisioneros, que tenía cerca de 14.000 ejemplares en 1945, aportados por los prisioneros y sus familiares. Había cinco docenas de Mein Kampf, pero nadie los leía. En la primera página de cada libro aparecía el sello "K. L. Buchenwald", seguido de las normas y una advertencia que devolvía aquel paraíso a las cavernas del horror: "¡Si pierdes un libro, estás obligado a reponerlo! ¡Si no obedeces la orden, serás castigado!".