Hace seis meses un operativo policial acabó con la vida de tres europeos en un hotel de la localidad boliviana de Santa Cruz. Desde entonces, los escollos políticos y judiciales están complicando las investigaciones llevadas a cabo por el Ministerio Público, que no ha constatado la existencia de una conspiración para asesinar al presidente, Evo Morales, ni tampoco movimientos secesionistas regionales que motivaran la acción policial.