Salió de Vallecas el domingo colérico, como alma que lleva el diablo, pero mantuvo la cabeza fría para proclamar: "Tengo que hablar con mis jugadores. En el fútbol, la inteligencia le gana a la fuerza". Esteban Vigo (Vélez, 1955) vio cómo, en el descuento, su nuevo fichaje, Portillo, cometió una falta lateral innecesaria que propició el empate del Rayo (4-4), descolgando del liderato de Segunda al Hércules, que, firma, sin embargo, un curso excelente.