Indignación. Es lo que han causado las palabras de ayer de Benedicto XVI en Reino Unido, principalmente entre el colectivo homosexual y los laicistas. En su carta a los 35 obispos católicos de Inglaterra y Gales, el Pontífice criticó en público por primera vez el proyecto de ley de igualdad del Gobierno laborista, que consolida y trata de ampliar lo logrado en los últimos 40 años en esa materia al prohibir a empresas, instituciones o agencias del tipo que sean discriminar a un empleado por su orientación sexual. Las iglesias y las organizaciones religiosas no están por ahora sujetas a esa prohibición, exención que el Papa ha animado a sus obispos a defender.
Posted originally: 2010-02-02 17:43:00