Sexualización informática


Sexualización informática
Leía en el blog de Paco Piniella cómo se está introduciendo la diferenciación por sexo en los productos informáticos. Estos productos han sido la mejor muestra de la standarización tanto externa como interna hasta que llegó la moda de la personalización de los equipos, que le dio una fantástica idea a los fabricantes de ordenadores: [...]

Leía en el blog de Paco Piniella cómo se está introduciendo la diferenciación por sexo en los productos informáticos. Estos productos han sido la mejor muestra de la standarización tanto externa como interna hasta que llegó la moda de la personalización de los equipos, que le dio una fantástica idea a los fabricantes de ordenadores: proporcionar ellos modelos externamente diferentes para los diferentes grupos.

La verdad es que la diferenciación sexual en la apariencia externa de los productos informáticos, especialmente los ordenadores portátiles y los ‘smartphones’ no puede ser más tópica, ya que recurre al color rosa para las mujeres y a los colores oscuros para los hombres. Poco original y un poco sexista sí es y, además, obedece a la necesidad de crear nuevas necesidades para incrementar las ventas de los mismos productos.

Un ordenador portátil o un ‘smartphone’ son objetos que se sacan a la calle, que se muestran tanto o más que nuestra forma de vestir y, en consecuencia, nos identifica. Dentro de las identificaciones o a los grupos a los que pertenecemos, la más extendida y con mayor incidencia en las cosas cotidianas es la sexual, que marca desde el tipo de corte de pelo, a la forma de vestir como a las expectativas creadas y a las posibilidades laborales.

Dado que la mayoría de las personas no tienen problemas (porque realmente no los tenemos) con usar prendas y colores según sexo, parece lógico que muchas personas consideren deseable comprar productos informáticos en consonancia con el resto de las opciones según sexo en vez de utilizar un modelo uniforme en un color y diseño aburrido y mortecino.

La diferenciación hace que, con el tiempo, no sea asumible utilizar determinado producto con una presentación exterior que no concuerde con esa simbología según el sexo, llevaría a la multiplicación de productos, y por tanto a una venta mayor con el sobreprecio de la sexualización (que no personalización), ya que los usuarios no intercambiarían según que productos dependiendo de su presencia externa.


Filed under: Cacharritos, Economía, Sociedad
Posted originally: 2011-02-03 14:49:05

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