El traje y yo


El traje y yo
Creo que nunca me acostumbraré a llevar traje. Para mí es una auténtica tortura y no por motivos ideológicos o estéticos, simplemente porque me siento incómodo y perdido, la antinomia de la mínima elegancia. Decía Goethe (creo que era él) que la elegancia consiste en la experiencia de que algo se encuentra perfectamente situado en su [...]


Creo que nunca me acostumbraré a llevar traje. Para mí es una auténtica tortura y no por motivos ideológicos o estéticos, simplemente porque me siento incómodo y perdido, la antinomia de la mínima elegancia.
Decía Goethe (creo que era él) que la elegancia consiste en la experiencia de que algo se encuentra perfectamente situado en su contexto y respecto a sí mismo, expresando cierto dominio propio y de la situación.
Cuando llevo traje no soy yo quien lo domina a él, sino el traje el que me domina a mí, de manera que ando todo el tiempo intentando controlar la chaqueta, el nudo de la corbata, la posición de la corbata y los miles de detalles que surgen como por arte de magia.
Sé que es una cuestión de saber vestirlo que solamente se adquiere con la costumbre, ya que lo del “porte natural” no es una de mis virtudes innatas. Pero como nunca he estado obligado a llevar traje, ni laboral ni socialmente, las escasas ocasiones en las que me lo pongo me siento como si fuera disfrazado.

TrajeCreo que nunca me acostumbraré a llevar traje. Para mí es una auténtica tortura y no por motivos ideológicos o estéticos, simplemente porque me siento incómodo y perdido, la antinomia de la mínima elegancia.

Decía Goethe (creo que era él) que la elegancia consiste en la experiencia de que algo se encuentra perfectamente situado en su contexto y respecto a sí mismo, expresando cierto dominio propio y de la situación.

Cuando llevo traje no soy yo quien lo domina a él, sino el traje el que me domina a mí, de manera que ando todo el tiempo intentando controlar la chaqueta, el nudo de la corbata, la posición de la corbata y los miles de detalles que surgen como por arte de magia.

Sé que es una cuestión de saber vestirlo que solamente se adquiere con la costumbre, ya que lo del “porte natural” no es una de mis virtudes innatas. Pero como nunca he estado obligado a llevar traje, ni laboral ni socialmente, las escasas ocasiones en las que me lo pongo me siento como si fuera disfrazado.

Posted in Estética, Estío 2009, Muy personal, Sociedad

Posted originally: 2009-07-29 12:33:20

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