Vinagre y rosas


Vinagre y rosas
    Me enamoré de él cuando tenía quince años,  apareció irreverente en un programa de televisión “Si yo fuera presidente”  y se puso a cantar con una guitarra. Cada palabra, cada nota  me iba llegando  desde la piel hasta las vísceras, me quedé colgada de su “Gulliver” y pensé que hablaba de Madrid mejor que nadie. Compré [...]


 

 

Me enamoré de él cuando tenía quince años,  apareció irreverente en un programa de televisión “Si yo fuera presidente”  y se puso a cantar con una guitarra. Cada palabra, cada nota  me iba llegando  desde la piel hasta las vísceras, me quedé colgada de su “Gulliver” y pensé que hablaba de Madrid mejor que nadie.

Compré sus discos de vinilo, dos editados:  uno en solitario y el otro compartido con dos hombres que me gustan muchísimo también, Javier y Alberto,junto a él,  el tridente de ”La mandrágora”

Oía su  discos, cantaba sus canciones y recitaba sus palabras para consolarme el alma..

Vino a Ceuta en una Feria (Fiestas Patronales para los foráneos) subida en una silla, que se apoyaba en una mesa, embarazada de seis meses, con veintitrés años le gritaba “guapo”. Disfruté aquel concierto como se disfrutan los conciertos que te gustan demasiado. Como se disfrutan los conciertos donde oyes lo que tú quieres oir..

Fui feliz  aquella noche de  agosto.

Hemos crecido  juntos,  hemos ido  madurando, dejándonos llevar por los cambios que envolvían a España en aquellos tiempos…

En un viaje a Madrid me traje todo sus álbumes en cds, aquel nuevo formato.

Recuerdo cuando cumplió cuarenta años, sacó un nuevo disco, un  magnifico álbum, para mi, “Esta boca es mía” donde aparece desnudo y con bombín, tan flaco, tan divertido, tan inteligente. Esas canciones que me hacían buscar el pan y la alegría a diario, mientras creía, como sigo creyendo que otro mundo es posible.

Me ha apoyado en mis amores, en mis locuras, me ha consolado en el desamor, en las frustraciones. Me ha inyectado alegría  y ha sido cómplice de mis escepticismos.

Es el rey de la metáfora urbana, de la imagen imposible, de las antítesis que se contradicen así mismas.

Ahora con sesenta años, dios Sabina tiene sesenta, acaba de sacar un nuevo trabajo que es un lujo para el oído y el alma.

Levamos casi treinta años juntos y ahora sale con “Vinagre y rosas”, una imagen perfecta para la situación que  vivo, que vivimos supongo tantos y tantas, quizás en la que nos encontramos lo que que hemos oído, sentido, llorado, crecido junto a Sabina en esta España nuestra.

Así que os animo a que oigáis el disco entero. Me gustaría poder colgarlo aquí pero os dejo una canción donde el maestro, nuevamente, una vez más se desnuda.

 

 


Posted originally: 2009-11-29 23:21:05

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Vinagre y rosas


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