Un viejo refrán popular expone que “de bien nacido es ser agradecido” por ello, hoy comienzo esta nueva etapa expresando, en mi primera columna de opinión en este medio, mi sincero agradecimiento hacia sus responsables por la confianza depositada en mí a pesar, de las críticas publicadas en algunas de mis colaboraciones anteriores en relación a la línea editorial de Ceutaldía. Como el movimiento se demuestra andando, aquí estoy yo compartiendo mis reflexiones con los lectores del primer diario digital de la ciudad.

Comienzo esta nueva etapa ilusionado una vez finalizado el periodo estival, cuando todos los ceutíes recuperamos nuestras ocupaciones habituales tras disfrutar de un verano repleto de actividades culturales, musicales, lúdicas y festivas, que han complementado largos días de sol y playa. No obstante, el haber podido disfrutar plenamente de este periodo del año ha sido principalmente consecuencia directa del trabajo desarrollado por las personas que han velado por nuestro bienestar, profesionales que merecen recibir nuestro más sincero agradecimiento por desarrollar un trabajo que nos ha permitido disfrutar de esta época del año en todo su esplendor.

También es el momento oportuno, como no podía ser de otra manera, de valorar las consecuencias de un periodo vacacional marcado por la profunda recesión socio económica que atenaza a la sociedad española, una ciudadanía que se ha visto obligada a trastocar sus tradicionales vacaciones veraniegas, en el mejor de los casos, propiciando destinos turísticos más económicos, recortando las estancias y por supuesto, reduciendo al máximo los gastos inherentes a dichas estancias. En definitiva, una vuelta a la normalidad empañada por los últimos datos conocidos, que indican un seguro incremento en los próximos meses en el número de desempleados, en los recortes y en las congelaciones salariales, en el incremento en la presión fiscal e incrementos en el precio de servicios y productos esenciales. Mientras, otras economías europeas comenzaron hace algunos meses su despegue económico mostrando el comienzo de una nueva etapa marcada por la estabilidad sin embargo, la nuestra aún no ha tocado fondo no obstante, la esperanza y la ilusión es lo último que debemos perder.