La historia de nuestra ciudad está repleta de circunstancias que marcaron el futuro de los ceutíes. En esta ocasión, reflexionaré sobre la que significó el principio del cambio para una ciudad, que hasta ese mismo instante había sufrido la desatención más absoluta por parte de los dirigentes socialistas. Las Elecciones Generales de 1996 en la que los españoles otorgaron el triunfo electoral al Partido Popular que significaron el principio de una nueva etapa. Desde ese mismo instante, el Ejecutivo de la nación encomendó la elaboración de un completo Plan de Actuaciones cuyo objetivo final era conseguir el mayor desarrollo económico y social a través de actuaciones multidisciplinares dirigidas a modernizar nuestra obsoleta actividad productiva.

Muchas fueron las actuaciones acometidas incluidas en dicha planificación, que por razones de espacio resumiré brevemente: construcción del nuevo hospital civil, ampliación del Puerto de Ceuta, construcción del helipuerto civil, mejoras sustanciales en nuestras infraestructuras de comunicación marítimas y terrestres, subvenciones al transporte de viajeros, incentivos a la inversión privada, incremento sustancial en la oferta de suelo, instalación de una oficina permanente de la empresa de desarrollo SEPIDES, dinamización turística, rehabilitación del mercado de abastos, construcción y mejora de los centros educativos, construcción de un centro de inserción social, regeneración del borde litoral y playas, construcción biblioteca pública, viviendas de protección oficial, etcétera.

Algunos ciudadanos podrían sorprenderse e incluso dudar de las medidas señaladas al comprobar como incluyo en esta relación algunas de las actuaciones ejecutadas en los últimos años, que los dirigentes socialistas de la ciudad han pretendido infructuosamente capitalizar presentándolas como modelo de gestión eficaz cuando, la realidad es diametralmente opuesta puesto que, estas actuaciones se encontraban incluidas en un documento editado y presentado por el último Gobierno del Partido Popular puntualizando, que incluían la correspondiente financiación recogida en los Presupuestos Generales del Estado. En definitiva, esta es la otra “memoria histórica” que los ceutíes tenemos la obligación moral de no olvidar jamás.