- Es probable que la observación resulte ya muy manida, pero no es menos cierto que nos está tocando vivir convulsos y complicados tiempos, de esos que a buen seguro se recordarán en los manuales de Historia, aunque bien es cierto que eso dependerá de quién los escriba.

Época ésta, como bien declamaba Enrique Santos Discépolo, de auténtico “cambalache” en la que a todo atisbo de derecho le sale un torcido, y a lo evidente me remito…

-Los poderosos exigen el empleo de la motosierra (ya no se habla en términos de tijera, eso quedó atrás) contra quienes vivimos de nuestro trabajo y no de las rentas, al tiempo que los bancos cuentan por miles de millones sus beneficios. ¿Habrá que recordar que, entre todos, hemos contribuido a salvar estas entidades a mayor gloria de sus cuentas de resultados?… y lo que te rondaré, claro está.

-Los chicos de los recados no dudan en recortar donde más duele en un país en el que las tramas Gürtel, Palma Arena o “EREs de Andalucía” deberían avergonzar a la clase política en su conjunto, aunque nadie dice nada, o casi… ¿será que hay demasiadas cosas que reprocharse en todos los ámbitos y horizontes? Penoso.

-Las palabras “hacer lo necesario” sólo parecen tener un sentido, y desde luego no indicarían impedir que la mayoría de las empresas que cotizan en el Ibex , concretamente el 82%, dejen de tener filiales en paraísos fiscales (fuente: Diario económico 'Expansión' del 11 de febrero de 2011). En una sociedad globalizada en la que Obama es tildado de socialista, pedir un “cierto” control sobre la opacidad de capitales se consideraría toda una revolución social, por ello ni siquiera se contempla ni en las agendas más atrevidas.

-El Presidente del Gobierno, cazado por una cámara indiscreta, da por descontado que las medidas que va a tomar conllevarán una huelga general, bonito inicio para alguien que basaba la solución de los problemas en el diálogo. Pero eso era antes de las elecciones, lógicamente.

-Por cierto, desde el actual Ejecutivo en su versión pre-20N, se aseguraba que en la España del post-20N se iría a Europa con peso específico. Ahora, como mandan los cánones, todo debe pasar por el visto bueno de Merkel y Sarkozy, eufemismo que se utiliza para definir al Poder económico. Está demostrado que, a veces, es mejor quedarse calladito.

-La situación en la casa de enfrente se asemeja a la de un barco a la deriva. En el PSOE, el vocablo Democracia sólo encubre una encarnizada lucha más por el Poder en una carrera sin piedad a la Secretaría General, carrera que, por cierto, nadie aclara quién la paga y de qué manera se financia.

- Más Europa. Desde Bruselas se pontifica en torno a la unidad necesaria para salir de la crisis, pero sólo son dos los que deciden sobre el presente y futuro de los demás, bonito concepto de Unión. La prometida luz en el túnel pasa por aplicar unas medidas que, lo estamos viendo, sólo contribuyen a empobrecernos al tiempo que engorda la economía especulativa. ¿De qué luz hablamos?

-En sede judicial, Garzón asiste a su ejecución. Tres juicios (a cual más esperpéntico) fruto de un duro ajuste de cuentas, pero no vayamos a equivocarnos: el bombardeo implacable al que está siendo sometido el que fuera número 2 del PSOE (por obra y gracia de González y Bono) no procede de las filas conservadoras, ni mucho menos. Algunas fuentes aseguran que todo esto es consecuencia de su paso por el ministerio de Interior y lo que siguió después. Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Garzón lo está sufriendo en sus carnes.

-Bajo el amparo del “Síndrome del Miedo”, se va a tomar toda una batería de medidas que nos retrotraerán a varias décadas atrás en materia de derechos y servicios públicos; ese mismo miedo, mucho más estudiado y previsto de lo que pueda parecer, hará que las posibles movilizaciones en contra de las ya citadas actuaciones se encuentren mermadas de fuerza incluso antes de convocarse. Los sindicatos lo saben, Patronal y Gobierno, también; con más de cinco millones de parados, temas como el aborto, la reforma de la Ley de Costas o la falta de medios en todo lo Público van a transcurrir sin apenas resistencia. Para los ciudadanos, esto no son más que adornos superfluos en una época en que pagar la hipoteca es ya toda una heroicidad.

-La credibilidad de los partidos, de todos ellos, pasa por su horas más bajas sin que, desde los distintos “politburó” se haga nada por intentar acercarse a quienes se supone deben representar. Desde la calle, nos quedamos atónitos ante las guerras encarnizadas que se libran sin piedad por un puesto o un despacho. Y después se quejarán del auge de movimientos como el 15M o el de Marea Verde. Siempre les quedará la fuerza.

-El fracaso escolar (fracaso de toda una Sociedad, por cierto) es un problema serio, muy muy serio y da la sensación (y algo más que la sensación) de que no se va a solucionar transformando los establecimientos escolares en unos aparcamientos forzosos “pre-cola del paro”… además, si ni tan siquiera se pretenden cubrir las bajas de docentes ¿cómo se va a solucionar el aludido fracaso escolar? La brecha educativa, más brecha que nunca.

Mi mañica preferida lo tiene claro: “ya lo dijo Marx, Groucho de nombre: “partiendo de la nada hemos llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria”… clavado.

Tiempos de agudos contrastes nos está tocando vivir al Sur del Edén, una era de cambalache en la que todo va a cambiar para que todo siga igual, o peor. Ya saben lo que dicen los “spin-docktor”, los auténticos especialistas en comunicación de masas: cuanto más gordo sea, mejor pasa. A la vista está.