- Esto cada vez se parece más al título de la genial película de Fernando Fernán Gómez, 'Viaje a Ninguna Parte'.

Aquí, al Sur del Edén, las cosas están como están y a nadie, o casi, parece importarle un carajo lo que ocurre en estas amplias y yermas latitudes de la indecencia.

Verán, con todo lo que está cayendo es del todo alucinante que apenas se reaccione ante nada.

Hace muy pocas semanas, desde este Sur ya muy castigado, hablábamos de lo que olía, a leguas, a montaje contra el ex director gerente del todopoderoso Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Khan. Ahora, resulta que Strauss Khan es puesto en libertad tras demostrar su inocencia. Se habla incluso de dinero en las cuentas de la denunciante... Pero fíjense que aquí, como siempre, lo importante no es quien apuñala al César sino a quién aprovecha. Aquí nadie investiga, nadie pregunta ni nadie se extraña. El molesto director gerente que se oponía, entre otras cosas, a la asfixia de la Economía griega está ya fuera de juego. Y Aquí no pasa nada.

Ahora, con la ex ministra de Economía gala al frente del FMI, dudo mucho que alguien investigue porque el máximo organismo regulador de los 'hacedores de mercados' no pudo prever esta Crisis. ¿A quién aprovechó este montón de miseria acumulada a las espaldas de los de siempre con el “mirar para otro lado del FMI? ¿Y si no lo puede prever, para qué sirve el FMI? Sin contestación posible se queda el interrogante, y todos tan panchos porque aquí nunca pasa nada.

En tierras ibéricas, el candidato Rubalcaba arremete duramente contra los bancos preguntando por qué se dieron créditos hipotecarios a quienes no podían pagarlos. ¿A nadie se le ocurre preguntarle a su vez a Rubalcaba qué para qué necesitamos unos organismos monetarios españoles si no pusieron la voz de alarma a tiempo sabiendo lo que había? Y, sinceramente, no se lo que es peor: que lo supieran y no hicieran nada o que, directamente, no tuvieran ni idea. Además, ¿por qué nadie cae en la cuenta que resulta curioso criticar los bancos tras haberles inyectado ingentes cantidades de dinero para evitar la zozobra que ellos mismos había provocado? Dicho de otra forma. ¿Por qué, si pinchan ellos la pelota, debemos pagar otro balón para que sigan pegándole patadas sin vergüenza alguna, cuando para colmo jamás nos dejaron jugar ni participar en la elaboración de las reglas del juego?

Cierto es que podrán decir (y con razón) que de nuevo estoy con la misma cantinela de siempre, pero es lo que hay.

Malos tiempos para la lírica que decía 'Golpes Bajos'. Malos tiempos para la decencia que dice mi Mañica preferida. Más claro agua.

Hay motivos para no parar de pedir cuentas, pero no, preferimos la política de la avestruz y que eso de reclamar se encarguen los utópicos soñadores del 15-M. Lo dicho, por más nos pese, aquí no pasa nada... Nunca.