La realidad sociopolítica de la ciudad no ha podido ser más surrealista. “Éramos pocos y parió la abuela” que diría un castizo al ver el sinsentido de un debate estéril y poco realista que se ha suscitado sobre los ‘toros’(léase mundo taurino, vayan a mosquearse más de algún que otro suspicaz), la pusilánime tontería de traer una corrida (repito que taurina) a un menos que inexistente coso ceutí. Una de esas barbaridades que se lanzan por distracción o para despistar al personal que, como queda más que evidente: no tienen ni la más puñetera idea a lo que se refiere dicha ‘fiesta’.

Mientras las compañías navieras secuestran literalmente a los ceutíes manteniendo la llave de salida de la ciudad a su antojo (al margen de los designios metereológicos, claro está), y se hacen los dueños y señores del estar y el ahora con la concupiscencia de los gobernantes de la Ciudad Autónoma -que blanden banderas presuntamente reivindicativas en el horizonte de la nada con un ‘cazo’ de apaño a la ‘remanguillé’-; y el escaso, mínimo, exiguo tejido productivo ceutí se va al traste edulcorado por la parafernalia mediática de medidas ‘salvadoras’ que no se las cree ni el Tato (porque en su zafiedad recuerdan promesas que nunca se llegaron a cumplir); y los trabajadores visitan la ‘oficina de empleo’ ante una perspectiva tan tenazmente oscura que parece inverosímil; los mercachifles de aquí discuten sobre el manido tema de los ‘cuernos’.

A todo ello hay que sumar los correveidiles de los medios locales que, asaz ignorantes de la realidad, introducen zafia pluma a cuestiones que, simplemente, son poco menos que imposibles. No se alcanza a saber qué razón secunda al Borja Mary de la prensa local que quiso saber, incluso, qué cartel iba a tener la corrida de marras, ya que (como los que saben de esto saben) dichos carteles están prácticamente cerrados para la temporada y sólo queda la ‘morralla’ que no llena coso (con todos los respetos tanto para unos como para otros). El atrevimiento, además, llena páginas y páginas de ese papel que le quitamos al Amazonas para no decir más que tonterías inexcusables y manidas. Lo que cabe colegir de este despropósito, finalmente desdicho por la Consejería de Cultura, es que vale cualquier tontería para cubrir el papel de ‘cortina de humo’ e ir despistando al personal vayan a hacerse eco de esta realidad estéril por la que tendremos que cursar en este tiempo de crisis que crearon los que tienen para que paguemos los que no abrigamos ni donde caernos muertos. El aparato de propaganda, con la fanfarria mediática que le lame el trasero, ha creado para estos días un debate que en nada tiene que ver con la realidad de ‘los de a pie’, que siguen viendo como se ponen floreros urbanos para dulcificar el amargor de la ineficacia gobernante mientras estos últimos -nunca mejor dicho- apuntan ataques de cuernos. Decía Joubert que un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar… vale; pero ¡¡¡manda huevos!!! con los defectos que acumulan estos indocumentados y el circo que se montan con ellos, podríamos avanzar en cosas más interesantes. A lfinal: todo huele a cuerno chamuscado.